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En el preciso instante en que pensamos "estoy contento", un mensajero químico traduce nuestras emociones, todas las células de nuestro cuerpo entienden nuestrodeseo de felicidad y se suman a él.
El hecho de que podamos hablar instantáneamente con cincuenta mil billones de células en su propio lenguaje resulta tan inexplicable como el momento en que lanaturaleza creó el primer fotón a partir del espacio vacío.
Las moléculas mensajeras son la expresión material más fina de la inteligencia que puede producir el cerebro.
La física cuántica nació delafán por explicar estas regiones de apariencia paradójica que se hallan en los bordes del espacio tiempo.
En la antigua Grecia el filósofo Demócrito fue el primero en proponer que el mundo materialse compone de diminutas partículas invisibles que él bautizó como átomos, que quiere decir "no divisible".
Cuando Platón escuchó esta teoría planteó una objeción que pronostica, con escalofrianteclaridad, la física cuántica.
Según el argumento de Platón, si pensamos que un átomo es una cosa, entonces debe ocupar alguna cantidad de espacio y por tanto puede cortarse en dos, para ocupar unespacio aún menor.
Nada que pueda partirse en dos podrá ser el elemento más pequeño del mundo material.
Mediante este argumento impecable Platón demolió la posibilidad de que los ladrillos básicosde la naturaleza sean partículas sólidas, no sólo el átomo, sino el protón, el electrón y el quark.
Según Platón el mundo surge a partir de formas perfectas invisibles, similares a los cuerposgeométricos.
Nadie puede decir con certeza de qué está hecho un quark, pero, decididamente, no es un pedazo de materia sólida, sus elementos constitutivos pueden bien ser simples vibraciones conposibilidad de convertirse en materia y, en consecuencia, serán más pequeños que lo pequeño.
Para ser como el cuanto, el cuerpo no necesita lanzar sus moléculas a otra dimensión, basta que aprenda a...
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