Socialismo Del Siglo Xxi
El Nuevo Proyecto Histórico (NPH) de las mayorías, comprendido como la Democracia Participativao el Socialismo del siglo XXI, nace dentro del turbulento contexto de la primera recesión económica global desde 1945; de la guerra en Afganistán y del surgimiento del Tercer Orden Mundial (TOM). Mientras la guerra, la recesión y el nuevo orden mundial son fieles retratosdel estado en que se encuentra la civilización burguesa y del futuro que ella significa para la humanidad, la democracia participativa es la respuesta de los pueblos y la esperanza de los movimientos sociales.
Ninguno de los tres flagelos de la humanidad —miseria, guerra y dominación— es casual o obra del azar. Todos son resultados inevitables de la institucionalidad que sostiene a lacivilización del capital: la economía nacional de mercado, el Estado clasista y la democracia plutocrática-formal. Esta institucionalidad no es conducente a que el ser humano actúe de manera ética, crítica y estética, sino que fomenta sistemáticamente los anti-valores del egoísmo, del poder y de la explotación. Es la doble deficiencia estructural de la sociedad burguesa —ser anti-ética y, disfuncional paralas necesidades de las mayorías— que la hace obsoleta y la condena a ser sustituida por el Socialismo del siglo XXIy su nueva institucionalidad: la democracia participativa, la economía democráticamente planificada de equivalencias, el Estado no-clasista y, como consecuencia, el ciudadano racional-ético-estético.
El renacimiento de una praxis liberadora que avanza hacia la sociedad postcapitalistase manifiesta en múltiples rebeliones y movimientos populares que abarcan desde el Zapatismo en
México, el Movimiento de los Sin Tierra (MST) en Brasil, la revolución bolivariana en Venezuela, el levantamiento indígena-popular-militar en Ecuador y el “argentinazo” del 20 de diciembre, hasta las protestas de Seattle y Génova. Y esta ola de rebeldía empieza a impactar en las universidades, dondese observan los primeros rebrotes de la teoría crítica del futuro, mientras, desde otra trinchera, la heroica lucha de la Revolución Cubana se integra al socialismo del siglo XXI, practicando cada vez más elementos de la democracia participativa. No hay motivo, por lo tanto, de resignarse ante la trilogía horrorizante del capital —miseria, guerra y dominación— que desaparecerá con el fin definitivode la burguesía que es, al mismo tiempo, el fin de la prehistoria humana.
Con la recesión global del capitalismo de postguerra, los sueños y mentiras de los intelectuales neoliberales sobre una “nueva economía de mercado”, sin crisis recurrentes ni convulsiones sociales, han desaparecido: la gran contrarrevolución del neoliberalismo se encuentra desnuda ante los ojos de la teoría y la ira de lasmayorías. Existe, por supuesto, el intento de los mandarines de ocultar las raíces del nuevo desastre de la economía de mercado, alegando que los atentados de Nueva York y Washington causaron la crisis del sistema; sin embargo, esto es un burdo intento de manipulación. Los parámetros que expresan la salud de una economía ya habían indicado desde el año 2000 la tendencia hacia la recesión global.Los atentados sólo aceleraron un proceso que estaba en marcha y que era inevitable, porque nace periódicamente del sistema de acumulación de la economía nacional de mercado.
Con la recesión mundial, las consecuencias económicasdel capitalismo actual para los países neocoloniales quedan aún más claras: sus economías se vuelven estructuralmente inviables y desaparecen como sujetos nacionales dela historia mundial. Esto es valido no sólo para las pequeñas repúblicas, como las centroamericanas, sino también para economías grandes como las de
Brasil y Argentina que, igualmente han perdido su capacidad para la reproducción ampliada del capital, dentro de los parámetros de la economía global neoliberal. Peor aún, ninguna medida de los gobiernos nacionales —ni el mayor endeudamiento...
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