Socializmo

Yocasta Gianinna Álvarez Bagnarol
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Ciso 3122
Prof. Carmen L. Gonzáles Muñoz

Marcos de Guerra. Las vidas lloradas
Por: Judith Butler

La precariedad se define como una falta tanto de seguridad como estabilidad. Por ende se puede decir que todos somos vidas precarias, vidas que dependemos totalmente de las condiciones e instituciones sociales. Donde el cuerpo esta expuesto adiversos factores sociales que de una manera u otra afectan nuestra manera de ser. Siendo así vidas totalmente vulnerables, que por tanto no tiene desarrollada la capacidad de prevenir, resistir o sobreponerse de un impacto.
Tal y como comenta Judith Butler en su libro Marcos de Guerra, La vida lloradas, ser seres humanos implica estar completamente expuestos a un modelado social y a lasinfluencias de otros. Otros de los cuales estamos relacionado mediante necesidades materiales, lenguaje y afectos. Estas circunstancias, que está más allá de nuestro propio control, hace que estemos sostenidos por un mundo que también se sostiene por nosotros. Un mundo, el cual nos exige tener la capacidad de responder a él. En esta capacidad están los afectos, como el placer, la rabia, el sufrimiento,el rencor, la esperanza y muchos otros más que nos hacen ser partes de una condición generalizada de interdependencia. Donde de manera dinámica somos mutuamente responsables siendo seres que compartimos un conjunto común de principios con otros.
Como ya se mencionó anteriormente, el asunto del mundo sostenido y sostenible nos lleva a tener la capacidad de responder a él siendo esta nuestraresponsabilidad como seres que convivimos unos con otros. Esta responsabilidad se centra en las condiciones sociales sostenedoras de la vida, y es cuando estas fallan cuando se puede entender el contexto de lo que es la guerra. Uno creerá que nuestra responsabilidad ante los demás se encuentra limitada solo ante aquellos que son como uno, de solo aquellos que conocemos. Sin embargo existe unaresponsabilidad ante aquellos que no conocemos debido a que pertenecemos a estos de manera diferente. Una responsabilidad que no se basa en nuestras similitudes si no en nuestros campos de reconocibilidad que se reflejan cuando guardamos lutos por unas vidas y actuamos sin importancia ante la pérdida de otras.
Hay que recordar que ante esta responsabilidad que nosotros tenemos con el mundo todavíaexiste un nosotros. Un nosotros que en tiempo de guerras puede pertenecer a dos tipos de vidas, a aquellas que merecen ser lloradas o aquellas que no. Siendo una vida que no merece ser llorada una que no puede ser objeto de duelo porque nunca ha vivido o a contado como una vida como tal. Sin embargo en este mundo injusto e incomprensible estas vidas merecedoras o no de ser lloradas las denominaaquellos que hacen la guerra. Por ejemplo los muertos de guerra por acción de los Estados Unidos no son mostrados como vida merecedoras de ser lloradas. Sin embargo aquellos quienes murieron en los atentados del 11 de septiembre fueron presentados por los medios de comunicación como vidas merecedoras de ser lloradas.
De manera que cuando hablamos de duelo estamos hablando de las reaccionesafectivas que están estrictamente reguladas por regímenes de poder. Por ejemplo en las guerras contemporáneas en las que Estados Unidos, Irak y Afganistán, están involucrados, se puede ver como se regula el afecto. Por ejemplo cuando se divulgaron las fotos tomadas por las tropas estaunidenses en la prisión de Abu Ghraib se limitó el esparcimiento y la demostración de estas. Limitando así el poder delafecto debido a que ello podía volver a la opinión publica contraria de la guerra de Irak. De manera que podemos ver la relación de las vidas valiosas y merecedoras de ser lloradas con la regulación del afecto.
La realidad del asunto es que la guerra intenta minimizar la precariedad para aquellos a los cuales ve como vidas no merecedoras de ser lloradas y maximizarla la para aquellas que si...