Sociedad
No es que a estas alturas la Iglesia Católica esté para alardear de diálogo interreligioso, aunque sí algunos de susmiembros y una reducida pero dignísima parte de su jerarquía institucional. Por tanto aceptemos la buena intención y el valor de don Dioniggi.
La clave está en la postura de las autoridades públicasitalianas, autoridades en el gobierno de la República. Si lo unimos a la vergonzosa postura del gobierno francés respecto a una parte de los ciudadanos europeos, rumanos y de etnia gitana para másseñas; tenemos un panorama desolador. Si además un alto cargo del gobierno alemán, un tal Sarrazin, hasta la fecha considerado progre (porque no me creo que fuese progresista visto lo visto), escribe sobreel peligro que la comunidad musulmana es para la nación alemana. Y para colmo encuentra aceptación en sus tesis en una parte de la sociedad alemana. Lo que tenemos es el ascenso de la xenofobia de losbares a la política de primera fila.
Ojo, hablamos de Italia, Francia y Alemania. No de pequeños estados de poco peso, no de un caso aislado. Hablamos del núcleo de la UE.
Obviamente la primeraidea que se viene a la cabeza es el totalitarismo de la Alemania Nazi. Y está bien. Porque contra lo que se piensa habitualmente, la Alemania de los años 30 no era una isla de fascismo en un mar dedemocracias inmaculadas. No solo porque ya Italia estaba bajo control de Musolini, sino porque en todos los estados del momento y como fruto de la debacle económica de finales de los años 20 el ascensodel populismo era enorme. Un populismo que siempre se ceba en algún cabeza de turco (nunca mejor dicho para la Alemania contemporánea). En aquella década de los 30 el antisemitismo crecía en toda la...
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