Sociedad
La integración, como concepto, no es unívoca ni tiene una definición acabada. El principio de su comprensión está vinculado a un proyecto de Estado concebido por los grandes líderes continentales como Bolívar, Sucre y San Martín, quienes impulsaron la unidad en búsqueda de la conformación de una única Nación americana por medio de la unión de los Estados independientes. Peroestas ideas fueron quedando como una utopía lejana de difícil realización.
Resulta hoy de capital importancia ubicar este concepto en un escenario de contradicciones irresueltas de tinte político, de fragmentaciones sociales y económicas que constituyen los referentes obligados para posibilitar el entendimiento entre los pueblos. Lo es también establecer la urgente necesidad de debate para comprenderel término en un contexto aparentemente contradictorio en el que coexisten la globalización, la regionalización y procesos de nacionalización-localización, para hacer posible la constitución de imaginarios compartidos. Tarea que, sin embargo, deviene infructuosa si no enfocamos la mirada en el reconocimiento
de la sociedad civil, actor central que nos abre a la comprensión de “los nuevos vientosde cambio” desde un sentido de inclusión de aquellos sectores marginados del ideario integracionista.
En este artículo nos proponemos marcar el escenario para comprender los alcances de la integración andina como elemento fundamental para el desarrollo de los pueblos. Comenzamos determinando algunos rasgos del escenario integracionista latinoamericano para, luego, articular un concepto desociedad civil, actor fundamental de los procesos de integración actual. Posteriormente ubicamos el concepto de “integración integral” manejado por la Comunidad Andina en escenarios abigarrados de globalización, regionalización y nacionalización. Definir este escenario nos sirve para valorar la importancia de la comunicación y la educación como hilos conductores en la construcción de sentidoscompartidos en los discursos.
Determinando el escenario de la integración
La realidad integracionista latinoamericana —y la andina en especial— atraviesa por momentos difíciles, debido a cambios mundiales de orden político, social y sobre todo económico que están reacomodando la distribución de poder entre actores hasta hace poco considerados hegemónicos (Estados Unidos está cediendo su poder ante lasupremacía económica del Asia y la India).
Esta realidad se torna más compleja con la aparición de gobiernos de tinte izquierdista-nacionalista como los de Venezuela, Ecuador y Bolivia, que han puesto en marcha una política de control interno del Estado sobre sus recursos naturales y estratégicos como una forma de conseguir mayores beneficios para sus ciudadanos.1
1 Según Scout (2008: 106), esta esuna manera viable de proceder pero también riesgosa, pues requiere capacidad técnica y fuentes
Por otro lado, el incremento de los vínculos económicos comerciales internacionales y extrarregionales tiende a debilitar acuerdos regionales vigentes, como el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad Andina (CAN). Al parecer, existe una corriente en la que prevalece la búsqueda de solucionesnacionales frente a los esfuerzos de integración y concertación regional.
Los escasos resultados alcanzados en materia de integración económica y social en América Latina han generado una serie de críticas provenientes de diferentes círculos académicos, que ven un desfase entre tales resultados y el funcionamiento de las instituciones creadas con este objetivo (Mercosur, CAN, Aladi, Unasur). Segúnestas críticas, el problema consiste en que se ha abordado la integración como un objetivo político y no como una realidad económica. Se señala también la excesiva importancia concedida a la afinidad histórica y cultural entre los países latinoamericanos sin siquiera tener un plan establecido para la división regional del trabajo. También se discute el hecho de que en los procesos de integración...
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