Sociedades vigentes
El clima de derrotismo y desesperanza al que se aludió en el capítulo anterior y que predomina sobre todo, paradójicamente, en los países ricos, no es, sin embargo, el único rasgo que caracteriza la actitud del hombre contemporáneo. Como en otras etapas históricas, los signos de decadencia de un sistema de organización de la sociedad suelen iracompañados de la aparición de elementos que prefiguran la posibilidad de un nuevo orden. En ellos la apatía y frustración se transforman en rechazo de un orden social e internacional que se percibe como injusto y opresor, y en la voluntad de imaginar y construir una sociedad alternativa, aunque ésta todavía sólo se pueda describir en sus rasgos más universales.
Si bien esta corriente, que por ahora esesencialmente de cuestionamiento, tiene manifestaciones tanto en los países pobres como en los ricos, es en los primeros donde alcanza su expresión más generalizada. La razón de este fenómeno es muy clara: los países subdesarrollados, principales víctimas del sistema, se encuentran en una situación que los obliga a explorar todos sus grados de libertad posibles; son aquellos cuyos intereseshistóricos coinciden con la necesidad de cambiar una organización social e internacional, que impide objetivamente el desarrollo cabal de la humanidad.
En los países desarrollados el cuestionamiento es menos generalizado, pero abarca ya grandes sectores de la juventud y de los medios intelectuales. En sociedades suficientemente ricas como para que los sectores marginados del consumo masivo seanrelativamente reducidos, la alienación se plantea como el problema más relevante, más aun que el de la opresión directa y la miseria. La convergencia con las posiciones del Tercer Mundo se produce a través del análisis de las causas profundas que generan la alienación, porque éstas son esencialmente las mismas que están en la base de la explotación y la miseria: una organización social e internacionaldirigida a la competitiva acumulación de riqueza, sin vínculos reales de solidaridad, que reduce a los hombres a meros medios de producción bloqueando sus posibilidades de un desarrollo humano integral.
La consecuencia principal de esta corriente de inconformismo y cuestionamiento es que por primera vez desde el comienzo de la expansión colonial por las potencias europeas, aparece un movimientoque comienza realmente a unir, alrededor de aspiraciones y objetivos comunes, a amplios sectores de los países desarrollados y subdesarollados. Este es sin duda el signo más importante de la aparición de un concepto activo de solidaridad que torna posible la concreción de un nuevo proyecto de sociedad mundial.
¿Cuáles son las características centrales de ese nuevo proyecto de sociedad? No esposible dar una respuesta definida a esta pregunta, porque más que a los esfuerzos de perfilar un proyecto concreto, todavía estamos asistiendo a su largo y difícil proceso de gestación. Se pueden, sin embargo, identificar ya algunos elementos implícitos alrededor de los cuales es posible articular un esquema coherente de cambio.
En primer lugar, la conciencia clara de que los obstáculos que seoponen actualmente a un desarrollo armónico de la humanidad son esencialmente sociopolíticos, y hacen a la distribución del poder tanto a nivel internacional como dentro de cada país. En segundo término, la creciente comprensión de que la crisis que se enfrenta es universal, porque por primera vez en la historia, por razones técnicas y políticas, el mundo debe ser percibido realmente como una unidad.En particular, que el destino del Tercer Mundo está íntimamente ligado al del resto de la humanidad, y que el continuo deterioro de su situación tendrá también, inevitablemente, consecuencias catastróficas para los países privilegiados.
Estos elementos, que tomados aisladamente sólo integran una visión objetiva de la realidad, adquieren todo su significado a la luz de algunos valores...
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