Sociología: Bourdieu. Unlam.

BOURDIEU, Pierre, Sobre la Televisión, Anagrama, Barcelona, 1996

Bourdieu cree que la televisión pone en grave peligro las diferentes esferas de la producción cultural (como el arte, la literatura, la ciencia, la filosofía, el derecho) e incluso también la vida política y la democracia. Su propósito con la realización de este análisis es contribuir a dotar de medios a “todos aquellos que,dentro de las profesiones relacionadas con la imagen, luchan para que lo que hubiera podido convertirse en un extraordinario instrumento de democracia directa no acabe siéndolo de opresión simbólica”.
En autor expone una serie de mecanismos que hacen que la televisión ejerza una forma particularmente perniciosa de este orden o violencia simbólica (entendiéndose por violencia simbólica unaviolencia que se ejerce con complicidad tácita de quienes la padecen y quienes la practican a medida que unos y otros no son conscientes de padecerla o practicarla). Estos mecanismos serán expuestos a continuación.

Una censura invisible
El autor asegura que es importante hablar por la televisión, pero en determinadas condiciones. El acceso a la televisión tiene como contrapartida una gran censura,una pérdida de autonomía ligada a que el tema es impuesto, a que las condiciones de la comunicación son impuestas y, sobre todo, a que la limitación del tiempo impone tantas cortapisas que es poco probable que se pueda llegar a decir algo. Sin embargo, la mayor parte de los investigadores, científicos, escritores y periodistas no se plantean esta situación e incluso hacen todo lo posible poraparecer en la televisión, aunque sepan de estas condiciones. Esto, según el autor, pone en manifiesto que no se está ahí para decir algo, sino por razones completamente distintas, específicamente, para ser visto. Así, la pantalla se ha convertido en “una especie de fuente para que se mire en ella Narciso” y los científicos, escritores, artistas, etc., han de producir obras a intervalos regulares paraasegurarse que serán invitados a salir por televisión.
Sin embargo, el autor remarca que al ser un instrumento que posibilita, teóricamente, el llegar a todo el mundo y teniendo en cuenta que una de las misiones de los investigadores es hacer llegar a todos los logros de la ciencia, la opción de negarse lisa y llanamente a expresarse por medio de la televisión resulta indefendible. De todasformas, hay que tener en cuenta una serie de cuestiones previas: hay que considerar si lo que se dice está al alcance de todos, si se dispone a hacer lo necesario para que sea escuchado por todos, si merece ser escuchado y si debería ser escuchado.
Para revertir esta situación, Bourdieu propone que, previamente a la exposición en la pantalla y en modo colectivo, se tratara de entablar negociacionescon los periodistas con el objeto de llegar a algún acuerdo. No se trata de condenar a los periodistas, que a menudo también la pasan mal con las coerciones que se ven obligados a hacer, sino de “asociarles a una reflexión orientada a la búsqueda de los medios para solucionar juntos las amenazas de instrumentalización”.
Reconoce que hay intervenciones políticas que influyen en la expresión por estemedio. La gente se deja llevar por una forma consciente o inconsciente de autocensura, sin que haga falta efectuar llamadas al orden. Tampoco hay que olvidar, afirma el autor, que las censuras económicas pesan bastante sobre la televisión. Lo que sucede en la televisión está limitado por las personas a las que pertenece, por los anunciantes que pagan la publicidad, por el Estado que otorgasubvenciones. Son cosas notorias y burdas, pero que ocultan los mecanismos anónimos invisibles a través de los cuales se ejercen las censuras de todo orden que hacen que la televisión sea un poderoso instrumento de mantenimiento del orden simbólico.
El análisis sociológico tropieza a menudo con un malentendido: quienes forman parte del objeto analizado, en este caso particular los periodistas,...