Sociología

La prosa pacifista del Doctor Samuel Johnson

Cumplidos 30 años de la guerra de 1982, en el que acaba de transcurrir la cuestión Malvinas ocupó el centro de las más intensas discusiones políticas. En opinión de quien esto escribe, el tratamiento público del asunto reveló en la Argentina una llamativa sensatez popular, que no sucumbió a los inmediatismos nacionalistas ni a las bravatasretóricas comunes en otros tiempos. Todo ello en consonancia con una inteligente posición oficial, que tuvo su mejor expresión en algunos discursos presidenciales y en el desempeño de la embajadora en Londres Alicia Castro, en contraste con las veladas amenazas bélicas y la ostentación militarista del Primer Ministro británico David Cameron.
Asimismo, fueron reeditadas en el curso del año dos piezasfundamentales de la literatura sobre Malvinas: Les Iles Malouines (1910) de Paul Groussac en lengua original, por la editorial L’Harmattan de París y la Biblioteca Nacional de Buenos Aires; y Las Islas Malvinas (1934) de Alfredo Palacios, que corresponde a la intervención mediante la cual el Senador Socialista presentó en la Cámara, precisamente, el proyecto de traducir el libro de Groussac –quefinalmente alcanzaría su edición en español en 1935.
Menos frecuentado en el debate por Malvinas es un pequeño escrito de Samuel Johnson, en el que, frente al conflicto entre ingleses y españoles de 1770 por la posesión de las islas, defendió una resolución pacífica de la disputa y describió las calamidades de la guerra en el que hoy se considera uno de los alegatos polémicos más brillantes de lalengua inglesa. Si es posible advertir una sintonía cruzada entre el lenguaje del actual Ministro Cameron y los discursos de Galtieri, tal vez los argentinos deberíamos entrar en interlocución con el doctor Johnson en la causa del derecho y de la paz, en una especie de conjura atemporal, a la que también pertenecerían Alberdi, H. G. Wells, Borges, Bertrand Russel, Deodoro Roca, Lennon y tantosotros.
Reflexiones sobre los últimos acontecimientos relativos a las islas Falkland (1771) es un panfleto de singular calidad literaria y certera eficacia retórica, escrito por Samuel Johnson al fragor de la polémica desatada en el Reino Unido en torno a la conveniencia o inconveniencia de la guerra por la soberanía de las islas. Revisar hoy los términos de esa vieja disputa de elocuencia políticavuelve irresistible la comparación con los hechos de 1982 (tanto como con los tonos y los lenguajes de 2012), y provoca un efecto de espejismo histórico, un déjà vu de todos sus términos, excepto el más importante: mientras hace treinta años la confluencia de una dictadura militar y una gobernanta en decadencia produjeron una absurda contienda bélica en la que murieron cientos de personas, en 1771ingleses y españoles decidieron evitar la guerra.

Los hechos

A comienzos de 1665, el capitán inglés John Byron -abuelo del escritor- desembarcó en el islote Saunders -al noroeste de las Islas Malvinas-, del que tomó posesión en nombre de Su Majestad Británica, y sembró allí algunas legumbres. Byron seguía las recomendaciones del diario de viaje del capellán Richard Walter conocido como Elviaje de Anson (1748), en el que se instaba a crear un asentamiento inglés en las islas -empresa que otros navegantes más antiguos habían desalentado por inútil-. Arguyendo tanto su importancia en tiempos de guerra como sus ventajas en tiempos de paz.
En 1766 se construyen un pequeño fuerte y una guarnición sin que, sin embargo, se hicieran manifiestas las “ventajas en tiempos de paz” queauguraba el diario de Walter. No obstante la hostilidad del territorio y del clima, la colonia logró sobrevivir, apenas abastecida una vez al año por Inglaterra, hasta que el 28 de noviembre de 1769 una embarcación española intimó a los colonos a abandonar la isla por pertenecer a los dominios del Rey de España. El capitán de Puerto Egmond –nombre del asentamiento británico, invoca los derechos del...