Sol Morales 1992 Espacios P Blicos Colectivos Pp2

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PARC DELCLOT
enseñado cómo la modernidad
puede hacerse oficialmente
se puede dar a los espacios urbanos de
lica una imagen fuerte e incluso protagonista

CULTURA

Y ARTE.5
tecnificada al encajarse en el tejido antiguo, y
la vivienda moderna media resulta, de tan
poco funcional, paradójicamente retórica.
La actuación se concentra sustancialmente
en vivienda nueva, plazas y aparcamiento yeste simplismo quizás sea el origen de la esquemática dureza del resultado. Las formas
del espacio de Ciutat Vella han de referirse,
por fuerza, a la discusión sobre el destinatario
social de la remodelacióñ de este barrio, y por
tanto, a las opciones sobre el programa, y los
tipos de los nuevos proyectos son previas a la
crítica y de su resultado urbanístico.
Quizás los espacios en Ciutat Vellahabrían
de pensarse buscando nuevas formas tipológi
cas de alojamiento transitorio (pensiones),
bares y clubs más higiénicos, o agrupaciones
de artesanos y vendedores, más que en establecer viviendas familiares para clases medias
o nuevas bibliotecas universitarias. Y los rincones fragmentarios del tejido actual, siete veces remodelado, podrían sugerir soluciones
mucho más aptas a la convivencia deaquel
distrito que los amplios vacíos del urbanismo
sanitario centroeuropeo. La siipuestarevitali
zación de estas imponentes cirugías no parece
producirse, y la etiqueta de “público” con que
espacios, viviendas o aparcamientos se acom
pafían no comporta tan inmediatamente el
deseable atributo de apropiación colectiva
con que quisieran identificarse.

LA VANGUARDIA

pacios ambiguos donde sejuegala forma pú
blica de nuestras ciudades. La periferia metropolitana, verdadero centro —paradójicamente— de la vida futura de las ciudades, estará hecha de estos espacios que, sin la retórica
de la representatividad formal, significarán
los lugares de interés común. Esta es la tarea
para los diseñadores públicos en la moderna
proyectación de la ciudad: hacer de estos luga
res intermedios, ni públicosni privados sino
todo lo contrario, espacios no estériles, no
sólo dejados a la publicidad y el beneficio,
sino partes estimulantes del tejido urbano
multiforme.

Un nuevocampode reflexión

Y trasladar el keynesianismo de la “welfare
city” (si vale la analogía) —ode la urbanidad
subvencionada, en otras palabras—a terrenos
más resbaladizos, menos evidentes, más inte
resantes. Otra cosa seríaencallarse en las categorías del espacio urbano barrocó, aunque
disfrazadas de lenguajes y materiales a la
moda. Reconocer esto es extraordinariamen
te importante para la proyectación urbana, y
abre un campo de reflexión de escalas múlti
pies. Estaríamos negando la clásica explicación de los espacios cívicos modélicos como
expresión de los valores consensuados de una
sociedad coherente. Y, por tanto,la condición
de lo público como forma excelente de lo social. El hecho es que, bien al contrario, la ciu
Vida colectiva
dad es precisamente el lugar donde lo privado
No es que estén mal los proyectos realiza- puede ser —ya menudo es—social; tanto o más
dos en Ciutat Vella: es el tono solamente “pú que lo público. La buena ciudad es aquella en
blico” el que los hace insuficientes para una que losedificios particulares —sobretodo los
tarea tan difícil: es la hipertrofia de la ciudad buenos edificios particulares—,lo pretendan o
“oficial” la que puede descuidar, e incluso ex- no, son elementos públicos, y transportan sig
pulsar, ciertas formas de vida colectiva. El es- nificados y valores sociales más allá de sí mispacio colectivo es mucho más y mucho menos mos, y en eso está su modo de serurbanos. Los
que el espacio público, si éste lo limitamos al palacetes del paseo de Grácia o las tiendas de
de propiedad administrativa. La riqueza civil la calle Fernando fueron hecnos urbanos más
allá de su privacidad inmobiliaria. Y es así
y arquitectónica,
urbanística y morfo
lógica de una ciudad es la de sus espacios co- como una buena ciudad está hecha de buenas
lectivos, la de todos los...