SOLDADITO DE PLOMO
- ¡Hala! ¡Soldados de plomo!
Era la voz de Carlos, quien había recibido los soldados como regalo de Navidad. Enseguida los sacó de la caja. Todos eran exactamente iguales menos uno, que,aunque sólo tenía una pierna, se mantenía firme como los demás.
A su lado también había más regalos, pero muy pronto el soldado de plomo se fijó en una bailarina que levantaba con gracia un piepara dar a entender que estaba bailando.
"También le falta una pierna, como a mi. Es la mujer que me conviene - pensó el soldadito de plomo -. La quiero conocer, ¡es tan guapa!"
El soldaditoestaba detrás de una caja sorpresa desde donde podía contemplar a la bailarina. Al llegar la noche, Carlos guardó todos los soldaditos excepto a él, porque no lo vio. Y, aprovechando que toda lafamilia dormía, los juguetes empezaron a divertirse.
De la caja sorpresa salió un muñeco verde que, al ver al soldado mirar a la bailarina, le dijo:
- Soldadito de plomo, ¿por qué en vez de mirara la bailarina no miras el tipo que tienes?
Pero el soldadito no hizo caso y siguió mirando a la bailarina.
- Bueno, bueno, ya verás mañana - dijo el malvado muñeco.
Al día siguienteCarlos puso el soldadito en la ventana. No se sabe bien si por el viento o porque el muñeco de la caja- sorpresa cerró la ventana, el soldadito cayó a la calle.
- Mira, un soldado de plomo - dijoun niño que pasaba por la calle.
- Le haremos navegar - dijo su amigo -. Le meteremos en una barca.
Y dicho esto, hicieron un barquito de papel en el que metieron al soldado, luego empujaronel barco y el soldadito se alejó por las aguas de un arroyo que se había formado por la lluvia.
"¡Dios mío! ¿Adónde iré a parar? - pensaba el soldadito -. La culpa de todo la tiene el muñeco...
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