Soldados De Juguete

WILLIAM P KENNEDY

soldados de juguete

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Javier vergara editor
Buenos Aires/Madrid/México/Santiago de Chile













Título original
TOY SOLDIERS

Edición original St. Martin's Press

Traducción Aníbal Leal
© 1988 by William P. Kennedy
© 1991 by Javier Vergara Editor S.A.
San Martín 969 / Buenos Aires / Argentina.
ISBN950-15-1100-6
Impreso en la Argentina/Printed in Argentine. Depositado de acuerdo a la Ley 11.723
Esta edición terminó de imprimirse en VERLAP S.A. - Producciones Gráficas Vieytes 1534 - Buenos Aires - Argentina en el mes de julio de 1991.





























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William P. Kennedy es autor de The Masakado Lesson, Code Conquistador y La ecuación Himmler-este último publicado por esta editorial-. Ex periodista dedicado a los asuntos económicos, actualmente es presidente de una firma de publicidad y relaciones públicas, especializada en sistema de alta tecnología. Vive en Greenwich, Connecticut.



Dedico este libro a Eileen, Karyn, Bob,
Patti, Bill y a todos los niños que están
atrapados en San Anselmo.14 de abril
por la mañana temprano


No había contado con la luz de la luna.
En la imaginación de Billy Tepper, todas las habitaciones eran espacios oscuros y sin forma, que le hacían invisible apenas entraba. Había estudiado detalladamente los cuartos durante sus visitas esporádicas, de modo que pudiese hallar cada lámpara, cada receptor de radio,cada magnetofón en la oscuridad. Le llevaría más tiempo, pero podía trabajar la noche entera. El silencio negro como la tinta sería su aliado en caso de que uno de los alumnos estuviese despierto.
Pero encontró que la luz atravesaba los pequeños paneles de las ventanas, que se elevaban desde pocos centímetros del suelo casi hasta el techo. Los escasos muebles de cada dormitorio eran claramentevisibles, también las fotografías de los padres felices y los hermanos y las hermanas pulcramente ntc vestidos colocados sobre el escritorio de cada alumno y lo mismo que los modelos de plástico que separaban los libros de los estantes y las prendas deportivas arrojadas al azar. El pálido resplandor le haría mucho más fácil descubrir las lámparas y los artefactos y encenderlos. Pero también seríaperfectamente visible al entrar y salir de cada habitación. La probabilidad de que algún compañero desvelado le viese aumentaba con cada puerta que se abría.
Se detuvo, la mano apoyada en el picaporte de la habitación de Charlie Noble. Quizá le convenía pasar de largo ese cuarto. Charlie era peligroso. El pequeño soplón prácticamente vivía en el despacho del director, y esa vieja rata esperaba cadauna de sus palabras. Si Charlie le veía, sería imposible hacerle cómplice de la travesura. No, Charlie se limitaría a ponerse la bata de seda, calzarse las pantuflas, dirigirse al edificio nuevo y llamar a la puerta de la rata. Diez minutos después Billy estaría de pie, pisando la alfombra oriental del director, y escuchando sus amenazas de que le enviarían de nuevo con su padre, en Cincinnati.Comenzó a alejarse de la puerta, y después se preguntó de qué servía la travesura si no conseguía atrapar a Charlie. La mitad de la diversión era ver a Charlie corriendo hacia las habitaciones del director, después ponerse al teléfono y llamar a las salas de juntas de una docena de bancos del Este, hasta encontrar a su padre para quejarse. Billy abrió la puerta y entró de prisa.
A un lado vio elescritorio de Charlie ocupado por las carpetas clasificadas que guardaban sus deberes, escolares. El cuadro enmarcado mostraba al padre de Charlie en una postura severa, la luz cayendo sobre el rostro duro y las manos que sostenían un abrecartas de plata. Dios mío, pensó Billy, ¿qué clase de padre envía a su hijo el retrato extraído del informe anual de la compañía? Charlie dormía angelicalmente...