soledad
Es inusual pero inquietante el hecho de que relacionoaquella cortina, fuente de oscuridad en ocasiones provocada y otras no, con la soledad, el hecho de que en algun momento es inevitable desear un espacio de encuentro y pliegue hacia si mismo, hacia aquellaberinto del que hemos perdido la llave, hacia aquel cielo cuyo viento no es más que una mezcla del perfume exterior y la esencia propia, hacia aquel arroyo interminable que encauza nuestras penas,emociones y tristezas. Todos estos de los que desconocemos la salida pero conocemos de memoria la entrada y el recorrido, y de los cuales sabemos que es necesario para perderse del modo adecuado en ellosarrojar por la borda de nuestro ser la luz superficial (el sol) y encontrarse con esa oscuridad llamada, provocada que nos permite: guardar las alas mas no cortarlas, pisar las piedras mas notropezarse con ellas, agudizar el oído, la vista, el tacto y el sabor, con el fin de que escuchen, vean, saboreen y sientan el eco destructivo y amenazador que se despliega y expande, y cuya fuente de origenson los suspiros arrojados por el corazón.
Analizando la otra cara de la soledad, es para mí inevitable relacionarla con aquella llegada impuesta arbitrariamente, hacia la puerta del laberinto,...
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