Solo Se Que No Se Nada.

LA COMUNIÓN FRATERNA REQUIERE AMABILIDAD
Retiro


Introducción


Con frecuencia escuchamos en nuestras comunidades, a los padres, a los educadores, incluso a algunos jóvenes quejarse de que, en nuestra sociedad, hay falta de amabilidad, delicadeza en el trato, tolerancia, relaciones sociales, educación, escucha etc.

No pocas veces hemos experimentado que con las prisas, con la idea fijaen “mis” cosas, con un ego poco purificado, no se atiende con la paciencia y amabilidad propia de nuestro espíritu, no se es signo del amor gratuito de Dios.

No olvidemos que todos, SDB y FMA estamos llamados a ser en nuestras comunidades “casa y escuela de comunión”.

En este retiro vamos a examinar nuestra capacidad de amar, desde la amabilidad salesiana.


Reflexión


En nuestromundo, en nuestras comunidades, con los jóvenes, con cuantos nos rodean necesitamos amabilidad: gestos en los que se haga patente el amor de Dios mediante nuestra forma concreta de expresar el amor: una palabra cordial, un detalle fino, educado, cortés, amable.

¡Cuántas palabras, poco correctas, se están considerando signos de modernidad! ¡Cuántas imitaciones, de aquellos que nos presentan comoídolos o arquetipos del mundo actual, no dejan de ser anti-signo del amor que viene de Dios!

Pablo, en la carta a Timoteo, nos exhorta: A un seguidor del Señor le conviene ser amable con todos.

-Una persona amable es aquella que, por su actitud afable, bondadosa, complaciente y afectuosa, es digna de ser amada.
-La amabilidad es un valor porque se determina en una actitud, en uncomportamiento, claro, definido, de la persona que ama.
-Una disposición afectuosa, complaciente, afable, pronto llega a concretarse en una actitud que nos define como personas amables.

Cuando una persona habitualmente actúa así ha convertido esta acción en un valor.

Ser amables, llega a ser en la persona afable, bondadosa, una necesidad de su espíritu. Las tensiones, las faltas de atención, desamor, leentristecen.

Todos podemos ser amables en determinadas e “interesadas ocasiones” y por diversos motivos, y hasta por fines no tan rectos. A esta amabilidad de conveniencia y egoísta no nos referimos, sino a la amabilidad como un valor; a una disponibilidad permanente, asumida libremente y ejercida con ese fin...
Es la amabilidad, es la caridad que sabe hacerse amar, a la que nos invitannuestras constituciones FMA 66, 14 SDB, 20, 49...

• San Pablo recomienda a todos los cristianos que asean amables (cf. Tit 3,2)
• Y exige que todo pastor posea la cualidad de ser amable (cf. I Tim 3,3)

Los cristianos, más aún cuantos tienen un servicio pastoral en la Iglesia, hemos de ser amables, es decir, personas dignas de ser amadas, personas que quieren y se hacen querer.

Un santo“pedagogo”, como Don Bosco, estaba probado, por la experiencia, que no basta amar. La “caridad pedagógica” exige algo más; “Hacerse querer; es decir: saber traducir el amor en actitudes de bondad, amabilidad, en metodología de amistad, en familiaridad de diálogo y en alegría de convivencia” (cf. ACS 310, pp. 11-12).
Se trata, pues, de “hacerse querer” que es fruto de una espiritualidad y de unametodología apostólica particularmente originales.

“Haceos querer”, nos repite Don Bosco. Debemos reconocer que este mensaje profético, legado por nuestro Fundador, da un rostro original a toda nuestra “consagración apostólica” (ACS 326. pp.7-9).

Para nosotros educadores el amor se revela como la mejor modalidad comunicativa que crea espíritu de familia y comunión.

A san Francisco deSales, hombre amable por excelencia, se le presentó un joven estudiante, que tenía grandes deseos de comprometerse por el bien de la humanidad, y le dijo: -¿Qué debo hacer para conseguir la paz, el bienestar, la alegría en el mundo? San Francisco de Sales le respondió sonriendo: -Procura ser amable y no hacer tanto ruido al cerrar la puerta...

• Y es que, las palabras amables, el ser amable,...