Sombrero mágico

EL SOMBRERO MÁGICO
Había una vez un muchacho hijo de labradores que decidió
abandonar la finca de sus padres para irse a conocer el mundo.
Como nunca había salido de su casa Pedro desconocía las
costumbres de los pueblos y fue así que, recriminándose su
ignorancia, decidió educarse a sí mismo. Dejábase llevar por un
agudo sentido común, obedeciendo siempre aquello que le
dictaba lanecesidad y la estima propia. El día que había de
marcharse de la casa su madre se le acercó y acariciándole la
cabeza le dijo: "Hijo mío, aquí tienes este sombrero de esquejes
de palma que te he tejido con mis propias manos. Cuídate de
llevarlo siempre puesto que él te guarecerá de las inclemencias
de la vida. No te lo quites para nada, a no ser que peligre por ello
tu cabeza". Entonces Pedro seenjaretó el sombrero hasta las
cejas para que no se lo fuera a volar el viento y amarrando todas
sus pertenencias en un pequeño lío, se lo colgó al hombro y se
fue silbando por el camino.
No tardó en llegar a la capital, donde se celebraba la coronación
del nuevo rey. Se abrió paso por entre la multitud observando-
a los habitantes beber y bailar desaforadamente. Poco a
poco se acercó a lacalle principal, por .donde pasaba en esos
momentos la opulenta comitiva de los cortesanos del reino. No
bien se hubo acomodado para ver mejor cuando escuchó una algarabía de trompetas y tambores que se acercaban. Un momento después los hombres y mujeres apiñados a su alrededor
se quitaron pañolones y sombreros y, doblándose hacia
delante todo lo más que pudieron, tocaron el suelo con lafrente.

Preguntándose estaba el significado de aquel extraño espectáculo
cuando escuchó una voz airada a sus espaldas que dijo:
"¿Quién osa conservar la cabeza cubierta en mi presencia?
Guardias, guardias, ¡detenedlo!", y antes de comprender lo que
sucedía Pedro sintió que lo atrapaban por los brazos y que lo
empujaban hacia delante, hasta encontrarse frente al rey.
"¿Acaso ignoras que en estereino hay una ley que prohíbe a
todos los ciudadanos llevar la cabeza cubierta en mi presencia?"
le preguntó éste al tiempo que los súbditos, doblados rígidamente
por la cintura, habían comenzado a repetir, al principio
en voz baja y luego en voz cada vez más fuerte: "¡Que le corten la
cabeza! ¡Que le corten la cabeza!", como si de eso dependiera
el poderse volver a enderezar.
El tiempopasaba y Pedro seguía cavilando si debía obedecer
o no la orden del rey. "Te ordeno inmediatamente que te quites
el sombrero", le gritó el rey ya fuera de sí. Pedro, que todo lo
medía por la vara de la necesidad y recordaba vivamente el
consejo de su madre, no acababa de comprender lo que tenía
que ver ser súbdito del rey con la obligación de quitarse el
sombrero. Se lo encajaba cada vez másen la cabeza, tapándole
éste ya completamente las cejas. "Tengo que entender de una
vez por todas cuál es la relación entre los sombreros y el poder",
se repetía a sí mismo en silencio. "Veo cuán grande es mi
ignorancia, ya que desconozco por completo una relación tan
importante. Por mi propio bien no he de quitarme el sombrero
hasta que la entienda, pues de otra manera habré abandonado
envano la finca de mis padres, y no habré logrado educarme a
mí mismo".
Cavilando así se hallaba cuando oyó que el rey le gritó: "No
puedo concederte más tiempo, muchacho. O te quitas el sombrero
u ordenaré inmediatamente que te corten la cabeza".
Sintiendo el frío afilado del hacha contra su nuca se enderezó lo
mejor que pudo y, poniéndose la mano derecha sobre la copa
tejida, se quitó elsombrero con un gesto amplio. No bien hubo
descrito un arco elegante en el aire, el brazo extendido hacia los
pies del rey y el sombrero sostenido por-la punta de los dedos,
sintió con horror que otro le nacía en la cabeza.
El rey contempló por un momento el sombrero de Pedro,
indemne y calado hasta las cejas con la misma arrogancia.
Inmediatamente se puso a gritar, apuntándolo con el dedo:...