Soneto
Sonetos de Sor Juana Inés de la Cruz
A una rosa
Rosa divina, que en gentil cultura
eres con tu fragante sutileza
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanzanevada a la hermosura.
Amago de la humana arquitectura,
Ejemplo de la vana gentileza,
en cuyo ser unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura.
¡Cuán altiva entu pompa, presumida
soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida.
De tu caduco ser das mustias señas!
con que con docta muerte y necia vida,viviendo engañas y muriendo enseñas.
Detente, sombra de mi bien
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quienalegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has deburlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa en mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho,
que tu formafantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
A la incompresión mundana
En perseguirme,Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros niriquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojocivil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,
teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.
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