sonetos de la muerte
Del nicho helado en que los hombres te pusieron, te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron, y que hemos desoñar sobre la misma almohada.
Te acostaré en la tierra soleada con una dulcedumbre de madre para el hijo dormido, y la tierra ha de hacerse suavidad de cuna
Al recibir tu cuerpo de niñodolorido.
Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas, y en la azulada y leve polvareda de luna, los despojos livianos irán quedando presos.
Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna bajará a diputarme tu puñado de huesos! Este largo cansancio se hará mayor un día , y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir arrastrando sumasa por la rosada vía, por donde van los hombres, contentos de vivir…
Sentirás que a tu lado cavan briosamente, que otra dormida llega a la quieta ciudad. Esperaré que me hayan cubiertototalmente…
¡y después hablaremos por una eternidad! Sólo entonces sabrás el por qué no madura,para las hondas huesas tu carne todavía, tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir.
Se hará luz en lazona de los sinos, oscura ;sabrás que en nuestra alianza signo de astros había y, roto el pacto enorme,tenías que morir… Malas manos tomaron tu vida desde el día
En que, a una señal deastros,dejara su plantel nevado de azucenas. En gozo florecía.
Malas manos entraron trágicamente en él…Y yo dije al Señor: Por las sendas mortales le llevan. Sombra amada que no saben guiar!¡Arráncalo,Señor, a esas manos fatales o le hundes en el largo sueño que sabes dar!
¡No le puedo gritar, no le puedo seguir! Su barca empuja un negro viento de tempestad.
Retórnalo a mis brazoso le siegas en flor.
Se detuvo la barca rosa de su vivir… ¿Qué no sé del amor, que no tuve piedad?
¡Tú que vas a juzgarme, lo comprendes,Señor!
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