Sonetos de Sor Juana Inés de la Cruz
Soneto
De Sor Juana Inés de la Cruz
Rosa divina, que en gentil cultura
eres con tu fragante sutileza
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada a la hermosura.Amago de la humana arquitectura,
Ejemplo de la vana gentileza,
en cuyo ser unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura.
¡Cuán altiva en tu pompa, presumida
soberbia, el riesgo de morirdesdeñas,
y luego desmayada y encogida.
De tu caduco ser das mustias señas!
con que con docta muerte y necia vida,
viviendo engañas y muriendo enseñas.
Detente Sombra
SonetoDe Sor Juana Inés de la Cruz
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imánde tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa de mí tutiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
Que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
La sentencia del justoSoneto
De Sor Juana Inés de la Cruz
Firma Pilatos la que juzga ajena.
Sentencia, y es la suya. ¡Oh caso fuerte!
¿Quién creerá que firmando ajena muerte
el mismo juez en ella se condena?La ambición de sí tanto le enajena
Que con el vil temor ciego no advierte
Que carga sobre sí la infausta suerte,
Quien al Justo sentencia a injusta pena.
Jueces del mundo, detened la mano,
Aúnno firméis, mirad si son violencias
Las que os pueden mover de odio inhumano;
Examinad primero la conciencias,Mirad no haga el Juez recto y soberano
Que en la ajena firméis vuestras...
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