Sonrisa Macabra

La Sonrisa Macabra
El día se inició como otro cualquiera, la luz se arrastraba temerosa por la parte baja de su cama mientras se despegaba, sudorosa, de la almohada.
Lo primero de lo que se diocuenta al mirar por la ventana fue la ausencia de ruido. Se tocó la cara y las orejas como si el simple hecho del contacto pudiese librarse del aturdimiento y volver a la realidad. Se asomó a laventana y se fijó en la carretera: cientos de transeúntes caminaban con total impunidad por la calle, pasando por la mitad de la carretera. Se sintió desorientada, pero comenzó a buscar escusas: unamanifestación o quizás algún fallo electrónico en la red.
Se fue al baño y se quedó mirando el reflejo: era alta, delgada, de rostro claro, de ojos verdes y cabello negro.
Era representante de productosfísico-químicos y estaba de viaje en Miami, se hospedaba en un hotel del centro, en dos días se tenía que reunir con un importante proveedor de etileno, no tenía familia cercana ni amigos acérrimos.Se quitó la camiseta interior y se vistió: pantalones vaqueros, camisa blanca y abrigo. Eligio unos zapatos de tacón corto, fue a la cocina. Encendió el televisor, se quedó unos segundos observándolo.Cambio el canal varias veces. Agarro el portátil y entro en el navegador, el internet estaba deshabilitado.
Tras unos pensamientos inquietos salió de la habitación, el lugar era bastante decadentelas luces estaban apagadas y la única luz provenía de la ventana al final del pasillo. Avanzaba poco a poco y con cuidado, las puertas estaban abiertas y los pisos vacíos. Llego a la ventana y presionola persiana. Dio varios pasos atrás tanteando en la penumbra, entonces se escuchó un gruñido en la puerta contigua. Se asustó y se pegó a la pared opuesta, pero el pensamiento lógico regreso a suconciencia. Podría ser alguien herido o incluso un niño, se fijó que en la puerta había una persona que empujaba la puerta en vez de tirar de ella. Parecía desesperado, recordó su inglés y tartamudeo:...