sos lal
Fernando: ¿Van a tomar el tren local?... Yo también. Por favor, no crea que tenga la costumbre de acercarme a las señoras y hablarles. Se trata de una circunstancia muy especial, y meresulta difícil... (Al accionar, tira otro de los paquetes, lo recoge, solícito) Como le decía...
Carolina: Ah... ¿me estaba hablando a mí?
Fernando: ¿A quién otra?. Naturalmente que le estabahablando a usted. (Sin querer al accionar tira otro paquete). Perdone ¡qué torpe!
Carolina: (Divertida) Deje en paz esos pobres paquetes y por favor, repita su pregunta: estaba distraída.Fernando: ¿Mi pregunta?. ¿Cuál pregunta?. No tiene importancia... (Calla, luego reacciona). Le decía que no acostumbro acercarme a una dama sin ser presentado, que es la primera vez que lo hago...
Carolina: Muymal hecho.
Fernando: Carolina... (Se corrige) Señora... estoy seguro que usted está muy por encima de esos tontos convencionalismos.
Carolina: Sabe mi nombre...
Fernando: ¡Sé su nombre! (Conpasión). ¡No hay nada que sepa tanto como su nombre!, Carolina.
Carolina: Joven ¿qué pretende?. Porque si lo que pretende es...
Fernando: No pretendo nada y por favor no me llame "joven". Sólo queríadecirle que la estuve observando en el tren, y me pareció que tenía usted una terrible preocupación. Si pudiera ayudarla... ¡estoy dispuesto a todo!
Carolina: (Lo mira un instante) Me extraña tantointerés de parte de un desconocido.
Fernando: ¡Le juro que no soy un desconocido!
Carolina: Sin embargo, tiene todo el aspecto.
Fernando: Alguien que la admira desde hace tanto tiempo, no puede serun "desconocido". ¿Comprende?
Carolina: (Burlándose) Ah, sí. Comprendo.
Fernando: ¡Gracias, Carolina!
Carolina: Comprendo que está tratando de hacerme la corte.
Fernando: Dios mío, ¿y si asífuera?. ¿Nunca le han hecho la corte?
Carolina: Soy una mujer casada. Y ahora, perdone, pero tengo un grave problema que resolver. No puedo dedicarle más tiempo.
Fernando: ¡De eso se trata!. ¡Quiero...
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