Sosiologia
Había una vez un conejo muy viejo y sabio llamado Juan, que vivía en una casita en lo alto de una montaña rodeada de flores de color rosa. Allí viva con sus nietas, dos conejitas azules llamadas Tinita y Paquita.
Juan era un conejo gordo como un globo y viejo como una roca. Tenía mas de 100 años. Todos los animales vecinos le querían mucho porque Juan
siempre fuemuy bueno y respetuoso, además, Juan era un conejo muy sabio.Tinita y Paquita, al contrario que su abuelo, eran dos conejitas muy faltonas y con muy mal carácter. Siempre andaban de mal humor y criticando.
- No me gusta eso… – decía una.
- A mi tampoco me gusta – decía la otra.
- Esto no lo quiero, que está muy feo – decía de nuevo una.
- Pues si tu no lo quieres, yo también lo veo feo y nolo quiero tampoco – le contestaba de nuevo la otra. .
- Mira que nariz mas larga tiene el elefante… – criticaba una.
- Sí, sí… que grande y áspera. No me gusta – criticaba la otra.
- ¿Y las orejas del burro? ¿Que me dices de ellas? - preguntaba una.
- Igual de grandes y feas que la trompa del elefante. - respondía burlándose la otra.
Y así eran siempre con todo.Las dos conejitas iban faltando elrespeto a todos los animales y detrás de ellas, el pobre abuelo, que tenía que ir muy avergonzado a
disculparse con todos.
Así que un día, el abuelo Juan dijo para sí:
- Tengo que pensar y encontrar una forma de hacerlas cambiar.- Ya estaba cansado de tanto regañarlas y no lograr que ninguna de las dos conejitas le obedeciera. Así que fue saltando hasta la orilla de un río lejos de todo paraque no lo molestaran. Y allí, sentado en un piedra, se puso a pensar qué podría ser lo suficientemente sencillo y divertido. Juan sabía además, que Tinita y Paquita eran muy vagas y que se aburrían muy rápido de todo. Y así pensó, penso y pensó por mucho tiempo. Pero al abuelo nada se le ocurrió.
Entonces, de pronto vió como apareció ante sus ojos una luz brillante del tamaño de una ciruela que seacercó y se acercó… hasta que entró en su cabeza. Y entonces…
- ¡¡¡¡¡YA ESTÁ!!!!!!. – gritó el abuelo. Y salió saltando hacia su casa todo lo rápido que sus 100 años le permitían. De camino compró 2 libretas color azul, como las conejitas, 2 lápices verdes y 2 gomas de borrar con olor a fresa. Y… nada mas llegar, les entregó los lápices y las libretas a
Tinita y Paquita diciéndoles:
- Ahoravamos a jugar a algo muy divertido. Ustedes, en esta libreta, tendrán que escribir con la mano contraria a la que siempre utilizan, LO SIENTO cada vez que ofendan o le falten el respeto a alguien. Ganará la que menos lo escriba..
Así que las conejitas comenzaron este juego muy animadas. El primer día Paquita escribió LO SIENTO 30 veces y Tinita 32.
Al pasar las semanas, las conejitas se fueronaburriendo del juego del abuelo y fueron escribiendo lo siento cada vez menos. Descubrieron que era mas fácil no ofender y respetar antes que pasar tanto trabajo escribiendo con la mano contraria. Asi que poco a poco fue llegando el día en el que abuelo no tuvo que disculparse con nadie, porque nadie le dio quejas de sus nietas.
Ese día el abuelo felicitó a las conejitas y les entregó a cada una, lagoma rosa con olor a fresa y les dijo:
- Las dos han ganado este juego, las felicito. Han logrado mejorar su conducta, pero ahora les propongo borrar la frase LO SIENTO cada día que pase y logren mantener ese comportamiento. Ganará la que logre entregarme la libreta como nueva.
Y así las conejitas muy animadas comenzaron este nuevo juego. Día a día borraban las palabras con mucho cuidado para nodejar ni una sola marca, pero por mucho que trabajaron no pudieron dejar la libreta como si estuviera nueva, y muy tristes, las dos fueron a donde el abuelo a decirle que no lo habían logrado.
El abuelo que era muy sabio les dijo:
- Eso mismo pasa cuando uno daña a alguien con ofensas o insultos. Así que aunque te arrepientas, digas lo siento o trates de retirar lo dicho, ya permanece para...
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