Soy el intestino de juan
Cierto que a veces me quejo, pero ¿acaso no tengo derecho? Juan no hace más que comer (¡y hay que ver lo que come!), mientras yo soy el que trabaja.
Soy el patito feo de la anatomía de Juan. Otros órganos se hacen notar mucho menos que yo. Siempre estoy recordándole a Juan que existo: con ruidos que lo incomodan, cólicos, excesos de actividad algunas veces y pereza enotras. Soy el tracto intestinal y mido ocho metros de longitud.
Juan tiene una idea vaga de mi; piensa que soy un tubo enrollado dentro de su cuerpo. Pero soy mucho más que eso. Preferiría que me describieran como una complicada fábrica transformadora de alimentos. Juan cree que me alimenta, pero soy yo en realidad quien lo alimenta a él. Casi todo lo que come le resultaría tan mortífero como elveneno de una víbora si pasara directamente a su corriente sanguínea. Yo hago aceptables los alimentos, los transformo en componentes normales de su sangre: en nutrimentos para los billones de células, en energía para sus músculos. Convierto el tocino frito de su desayuno en ácidos grasos y glicerina. Transformo las proteínas de la chuleta de carnero en aminoácidos. Cambio en glucosa loscarbohidratos de su puré de papas. Sin mis poderes químicos, Juan se moriría de inanición aunque comiera hasta la saciedad.
Con excepción de la celulosa (de las cáscaras de nuez, de los tallos de apio, etc), digiero virtualmente todo lo que Juan come y lo paso en seguida a su corriente sanguínea o linfática. Mis desperdicios finales están en parte compuestos de millones de bacterias muertas, de mocolubricante que he segregado y de restos de alimentos que no puedo absorber.
Mi estructura está maravillosamente adaptada a los procesos de la digestión. En primer término, junto al estómago está mi duodeno, que mide veinticinco centímetros de largo, le sigue mi yeyuno, con casi dos metros y medio de longitud y un diámetro de cuatro centímetros, luego, tres metros y medio de íleon, que es un pocomás delgado y por último, metro y medio de intestino grueso. Mi porción superior está casi totalmente libre de microbios, pues los fuertes ácidos del estómago los matan a casi todos. Mi porción inferior, el intestino grueso, aloja un verdadero parque zoológico microbiano, con más de cincuenta variedades y un contingente total que llega a billones de bacterias.
Es bien sabido que la digestiónempieza en la boca y en el estómago la boca muele, el estómago bate y revuelve. Desde el estómago me pasa un chorro de alimento a través de una válvula o compuerta. Un vaso de agua puede llegarme a los diez minutos de beberla, pero una chuleta de cerdo acaso tarde cuatro horas. El alimento que el estómago me pasa es muy ácido, si me llegara de repente o en cantidad excesiva, dañaría mi recubrimientointerior y neutralizaría la acción de mis importantísimas enzimas digestivas.
El problema del ácido lo resuelvo bastante bien. Mi duodeno produce una sustancia llamada secretina, que entra en la corriente sanguínea de Juan y estimula al páncreas para que produzca instantáneamente su alcalino jugo digestivo. Este jugo (alrededor de un litro al día) se vierte dentro del duodeno y neutraliza losácidos. Si este proceso fallara, Juan sufriría lo que él le llama una úlcera del “estómago”. (En realidad, el 75% de las úlceras de este tipo se presentan en el duodeno). El jugo pancreático contiene también tres enzimas principales que desintegran las proteínas, las grasas y los carbohidratos para formar los sillares de la construcción orgánica.
Hay otros fluidos que constantemente se viertendentro de mí y que tienen diferentes orígenes: dos litros de saliva al día, tres litros de jugo gástrico que proviene del estómago; bilis procedente del hígado (que desintegra los glóbulos grandes de grasa, convirtiéndolos en muchas gotitas más pequeñas, para que puedan actuar sobre ellas las enzimas pancreáticas), y dos litros de jugo intestinal que vienen de innumerables glándulas. En total...
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