Spanish The Talk Gary Soto
Mi mejor amigo y yo sabíamos que íbamos a llegar a ser feo. En un césped en el patio, con la luz del
verano al oeste de la morera junto a la casa de la chica más hermosa en nuestra calle, hablábamos
de
lo que podríamos hacer: agitar la suciedad de la segunda base de nuestro pelo, lavarnos las manos del olor de rana y el agua del canal, y aprender a sonreír sin mostrar los dientes torcidos.
Tuviéramos que dejar de escupir cuando las niñas estaban mirando y aprender a no acumular
alimentos en un tenedor y después en una mejilla ya llena y batiendo comida caliente.
Teníamos doce años, con cuerpos delgados que estaban empezando a crecer de maneras
extrañas. En primer lugar, nuestros cabezas se pusieron grandes, pero nuestros cuellos vacilaron, frágil como tulipanes. Los ojos se quedaron pequeñas también, así que retrocedían hasta ser puntos
del lápiz a cada lado de una nariz deforme que proyectaba sombras notables cuando
nos dimos vuelta a un lado. Parecía que las piernas de Scott brotaron músculos y venas renegados,
pero sus brazos, azul con manchas de tinta, se quedaron cortos y colgaban justo debajo de su cintura. Mis brazos desgarbados casi tocaban mis rodillas. De esta manera, se me construyó para
recoger rolas en el béisbol y hacer volteretas, mis brazos se mecían a escasos centímetros de la
hierba de verano.
Nos sentamos en el césped, con la luz del porche apagada, esperando que la chica linda encendiera
la luz de la habitación y leer mientras se acostaba en su estómago con una pierna de agitando en el aire. Esto nos agitía a nosotros, nos y nuestro sueño era un sueño limpio de andar caminando,
tomados de la mano y desquitando nuestra soledad caminando arriba y abajo del bloque.
Cuando Scott me preguntó con quién me iba a casar, le dije que una chica morena del la valle. Él
dijo que iba a casarse con una rubia que disfrutaría el Lago Millerton, sucio como estaba. Yo dije que a la mía le gustaría los gatos y el mar, y no pensaría nada de levantarse por la noche de una
cama caliente y inquieta y sentarse en el patio bajo las estrellas heladas. Scott dijo que su esposa
iba a trabajar durante el primer año, o un rato mas, porque él iba a ir a una escuela técnica para
estudiar la refrigeración. Como nuestra ciudad se contstruyó con lo que quedaba después que Diós fabricó al infierno, él razonó que podría ganar un dineral con el negocio del aire acondicionado.
Le dije que mientras mi esposa limpiaba la casa y revuelva ollas de buena comida, me conduciría un
camión a mi trabajo de carpintero, lo que me permitiría utilizar mis largos brazos. Yo necesitaría sólo una escalera para dar un compañero de trabajo en el techo una pizca de clavos. Podría yo martillar,
serrar, levantar las vigas para ponerlas en su lugar, y terminar el día con ver el trabajo que cumplí.
Por supuesto, puede ser que a ella le gustaría trabajar, y eso estaría bien, porque entonces
podríamos comprar dos coches y saludarnos si nos veríamos manejando. Por las noches, nos
bberíamos KoolAid y lanzar una zapatilla a nuestro perro luchadora por lo menos cien veces antes de ir dentro para comer un PopTart y tomar chocolate caliente.
Scott dijo que trabajaría duro también, pero de vez en cuando encontraría dinero en la calle y los
dos de ellos podían comprar cosas extras como un segundo televisor para el dormitorio y una
piscina Doughboy para sus tres hijos. Planeaba tener tres hijos y una casa estilo rancho junto al río, donde podría sumergir una mano en el agua, tomarlo y decir: "Ahh, sabe bien." Pero eso estaría
años más tarde. Ahora teníamos que hacer algo acerca de nuestra apariencia. Jalamos la hierba y
la arrojamos en la cara del otro.
"Mala suerte", dijo Scott. "Mis brazos son demasiado cortos. Míralos".
"Tal vez podamos levantar pesas. Esto compensaría para nuestra aparencia", le dije. ...
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