sr aliko

Un ejemplo clásico fue justamente en los años treinta, durante la Gran Depresión, cuando se abandonó el patrón oro y donde cada país devaluó sus monedas en la política de recuperarse a costa del vecino, para exportar desempleo, puesto que al disminuir sus importaciones, los vecinos disminuyen su producción y empleo.
Es por eso que después de la Segunda Guerra Mundial, surgió el FMI estableciendoun tipo de cambio fijo y que solamente debía moverse en determinadas circunstancias, situación que funcionó hasta la década de los 70, y después se dejó a los países en libertad de escoger su régimen cambiario. No obstante, el FMI incentivó a los países para que adopten la libre flotación de su tipo de cambio, mejor aún una flotación limpia sin injerencia de los Estados en el mercado cambiario.Sin embargo, en situaciones de crisis, como en 2008 y ahora, los bancos centrales han intervenido sus mercados cambiarios abierta o en forma encubierta, de hecho o de facto, en función de sus intereses de política económica y comercial. Una vez más, lo que dicen los manuales y el FMI, si guardan relación o semejanza con la realidad es pura coincidencia.http://www.la-razon.com/opinion/columnistas/Guerra-divisas_0_1784821543.html

¿Qué es eso de la guerra de divisas? La cuestión tiene dos dimensiones: ¿realmente algún país desea iniciar esa guerra? ¿Cuál es la posibilidad de que, en caso de iniciarse, alguien pueda obtener beneficios?
Más que hablar de una posible guerra de divisas, el tema se refiere a una guerra de tipos de cambio. Si un país devalúa artificialmente su moneda, esdecir, la hace más barata en términos de otras divisas, podría obtener una ventaja en comercio internacional, que provendría de la reducción de los salarios reales internos que induciría esa modificación del tipo de cambio.
Sin embargo, la experiencia histórica mundial ha demostrado que ningún país puede mantener de manera indefinida el tipo de cambio de su moneda por arriba de su nivel deequilibrio de mercado. Para hacerlo, tendría que acumular reservas internacionales de manera continua, a la vez de absorber el exceso de liquidez, creado así, mediante una colocación, también creciente, de deuda pública. El proceso se ahoga cuando el costo fiscal de esa política alcanza niveles insostenibles.
En el pasado, las guerras de divisas se iniciaron cuando los devaluadores iniciales actuaronenceguecidos por la ilusión del jinete solitario. La ilusión residía en la esperanza de que los demás países no reaccionarían a su política de devaluación. La realidad es que sí reaccionaban.
Al final de una ronda de devaluaciones competitivas, el resultado que se obtenía es que nadie terminaba ganando ventajas comerciales. Y lo peor de todo, eran los efectos colaterales negativos: una mayorinflación general y un deterioro de los salarios reales de todos los países que se habían involucrado en la fútil batalla de las devaluaciones.
Las devaluaciones competitivas son contrarias a un régimen de libre determinación de los tipos de cambio de las monedas. En sentido contrario, lo deseable es que el mundo avance a un régimen de libre determinación de los tipos de cambio por las fuerzas delmercado. O, como lo indicó en su momento el ministro de finanzas de Rusia, Antón Silvanov: “Debe haber competencia entre las economías del mundo, no entre las monedas”.
Nadie en su sano juicio desea una guerra de devaluaciones competitivas entre las monedas del mundo. Los funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y los ministros de Finanzas del G-20 conocen los peligros que conllevaríasemejante eventualidad, de ahí los llamados a la cordura y a la cooperación cambiaria que se han escuchado.
http://eleconomista.com.mx/foro-economico/2013/02/20/guerra-divisas

Moscú, Rusia (16 febrero 2013).- El Grupo de los 20 (G-20) declaró que no habrá "guerra de divisas" y se mostró dispuesto a diferir los planes para establecer nuevas metas de reducción de deuda en la zona euro en un...