Srita
Al ingresar, me sorprendí al no ver a nadie en la sala de estar. Escuché pasos vacilantes en el primer piso, subí por las escaleras y caminésigilosamente hasta llegar al final del pasillo. Quedé completamente paralizada al ver a mi tío tendido en el piso, aparentemente sin vida y con sangre seca en casi todo el cuerpo. Mi tía estaba atada de tobillos, muñecas y boca, llorando desconsoladamente al lado de su esposo. No veía a mis padres, detalle que me generó más nervios aún. Según podía descifrar, ellos estaban con los delincuentes, quienesno se habían percatado de mi llegada. Trate de escapar, pero cuando logre salir me di cuenta de que había dejado mi celular en el interior de la casa. Intente hablar con mis vecinos, pero no me creyeron. Solo me quedaba una solución: ir a la comisaria.
Descubrí asombrada en el bolsillo de mi pantalón algunas monedas, que me servirían para viajar en colectivo. Fui hasta la estación depolicía, pero había demasiada gente. Necesitaba hablar con alguien y contarle lo sucedido. No podía borrar esa imagen de mi cabeza. Encontré a un policía, entre lágrimas le conté lo que había visto. Él me trato de consolar, luego de unos minutos lo logró. Me dijo que siendo menor no puedo hacer denuncias, ni puedo actuar sola.
Resignada, trate de hablar por un teléfono público con una amiga, talvez ella me podía ayudar. Llegué a su casa y nuevamente comencé a llorar, no podría creer lo que me estaba pasando. Necesitaba actuar, pero rápido. Mi amiga y su mama me ofrecieron su ayuda. Fuimos a la comisaria, hicimos una denuncia y pedimos si por favor podía acompañarnos al lugar de los hechos algún policía. Aceptaron nuestra petición.
Cuando llegamos, solo estaba mi tío en el mismolugar donde lo había visto la última vez y mi perro Noel, afortunadamente sano y salvo. No había restos de mis padres, ni de mi hermana, ni de mi tía. Puse mi celular, laptop, dinero y algo de ropa en un bolso. También, le enganche la correa a Noel en su collar y me lo llevé a la casa de mi amiga. La causa en la policía continuó y los encargados del caso siguieron investigando. Desde ese día,vivía con mi amiga, ya que no quedaba nadie de mi familia. Ya habían pasado 4 días y no se sabía nada de ellos, ni siquiera si estaban con vida o no...
Un día, mi amiga se enfermó. Yo tenía que ir a la escuela a pedir unas fotocopias de un trabajo con nota. La calle que tomaba siempre estaba cortada por una construcción, no tenía otra opción que no fuera pasar por la cuadra de mi casa. Unescalofrío me recorrió el cuerpo de solo pensarlo. Me armé de valor y me dirigí hacia mi destino final.
En la vereda, cerca de la puerta había un señor parado, de aproximadamente 30 años, era alto y delgado. Sus ojos eran grises, con una mirada profunda y misteriosa. Escuche que me había dicho algo, pero no presté atención. Luego de una cuadra, noté nerviosa que me estaba siguiendo....
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