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Una importante cantidad de recursos monetarios y humanos (tanto de quienes controlan de manera orgánica como de quienes siguen el tema desde su casa) estaráconcentrada en este tema.
¿Cuál es la finalidad de ese enorme esfuerzo volcado en una medida de dudosa eficacia? No cabe duda que los comerciantes (que firmaron con la secretaría que comandaGuillermo Moreno un acuerdo para armar esta lista) cumplirán: los márgenes que se pierdan en estos productos pueden compensarse con otra infinidad de artículos. De hecho, esto se vio en todas lasoportunidades en las cuales se establecieron precios acordados. Acuerdos que comenzaron en 2006 con distintos rubros y que involucraron a industriales.
Es que, pese a estos esfuerzos, desde 2004, la inflaciónno para de subir: fue 4,4 por ciento ese año, superó los dos dígitos en 2006 (según el Indec) y hoy las mediciones privadas la ubican en más del 20 por ciento.
Precisamente, este es el problema deeste tipo de anuncios: mientras todo el mundo está pendiente del valor al cual se consigue la leche en un local comercial, la economía sigue su marcha y las dificultades macroeconómicas que subyacen pordetrás de la inflación no sólo siguen, sino que no hay ninguna señal que indique que alguien se ocupa de ellas.
En lugar de hablar de los precios (que, claro, los ponen –remarcan– las empresas), es...
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