Sucesión Monarquía Britanica

La sucesión constituye todo un desafío para la monarquía británica |
por Cassell Bryan-Low, Alistair MacDonald y Jeanne Whalen
Sentido Común  |
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3 de mayo -- El reciente matrimonio del Príncipe William con Kate Middleton marcó un hito en el largo esfuerzo de la monarquía británica por reparar el negocio familiar, así como un paso más hacia a un futuro diferente e inciertopara el clan real más prominente del mundo.Hace quince años, la marca de la Casa de Windsor se vio muy afectada por el amargo divorcio entre el Príncipe Charles y Diana Spencer, y el posterior accidente automovilístico en el que falleció la popular princesa de Gales. Las disputas públicas de la pareja pusieron al descubierto la turbulencia interna de la familia real. La gélida respuesta inicialde la Reina Elizabeth II al fallecimiento de Diana y el escandaloso divorcio de su otro hijo, el Príncipe Andrew, de Sara Ferguson, sólo empeoró la imagen de la familia.Con un plan de relaciones públicas cuidadosamente preparado, algunos recortes en su presupuesto y la ayuda del popular Príncipe William, la familia se las ha ingeniado para casi salir del agujero. Después de la muerte de Diana en1997, sólo 48% de los británicos encuestados pensaban que la Gran Bretaña estaría peor sin la corona; la semana, 62% pensó eso, de acuerdo a la firma de encuestas ICM.Sin embargo, la monarquía británica ahora enfrenta otra serie de desafíos.Como cualquier otra organización grande --especialmente una con una directora general de 85 años y matriarca a la vez-- la monarquía debe planear la sucesión.Aun cuando la reina parece estar muy saludable, llegará el momento de que su hijo, quien es mucho menos popular, tenga que ascender al trono.El príncipe Charles, de 62 años, tiene fama de ser activista --algunos dirían, metiche-- cuando se trata de afrontar asuntos públicos de la Gran Bretaña. La idea de que él trató mal a Diana y su locuaz estilo le han costado el favor del público. Casi la mitadde las personas que participaron en una encuesta reciente realizada por Ipsos MORI indicó que el Príncipe Charless debe hacerse a un lado para permitir que el Príncipe William sea el próximo rey --medida que requeriría un acto del Parlamento.Y ante la austeridad nacional, la familia real deberá equilibrar las exigencias de frugalidad de sus inversionistas --los contribuyentes británicos-- con lapompa y ceremonia que se espera de una dinastía que ya casi tiene 300 años de antigüedad. La boda del viernes pasado --evento global manejado al segundo por una generación real que recién aprendió a explotar los medios-- mostró que ha hecho suyas las ideas propias de especialistas en imagen corporativa y de celebridades en un intento por moldear su destino."Lo primero es la reputación, y cómo semaneja ésta y se mantiene la reputación de la institución con un enfoque a largo plazo", dijo Simon Lewis, quien fuera consejero de prensa de la reina de 1998 a 2000 antes de unirse al gigante de la telefonía celular Vodafone Group y que ahora dirige un grupo del sector bancario.La monarquía británica es una empresa familiar que se clasifica en tamaño, costos e ingresos al nivel de una empresa demediano tamaño.Con sede en el Palacio de Buckingham, la familia real emplea un total de 1,200 personas, incluyendo personal de tiempo completo y empleados temporales. El príncipe dirige su propio palacio, el cual tiene sus oficinas generales en Clarence House en Londres. Tiene 149 trabajadores de tiempo completo, 25 de los cuales están clasificados como "personales". Los ingresos de la familia realprovienen principalmente de una subvención del gobierno --38.2 millones de libras esterlinas (unos 63.6 millones de dólares) el año pasado -- y de los visitantes que pagan por visitar sus palacios. La Royal Collection Enterprise, por ejemplo, recabó 34.4 millones de libras el año pasado de visitantes que admiraron la colección de obras de arte de la familia real. Este dinero se invierte en...