Sue O
Hay un grado de sinceridad, tan absoluta e incomprensible, que no puede sino ser exclusiva de los sueños; mismos que hoy emergen para abolir reticencias.
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Nos envuelve una espesa neblina,medio mar evaporado alrededor. Apenas la alcanzo a distinguir a lo lejos, radiante, improbablemente lúcida. Su abismal indiferencia me desconcierta: produce una tentación que la razón procesa comoconfusión, pues de ella emana un llamado melancólico, apenas un vago rumor.
Soledad, secuaz de la poesía, toma mi brazo con la fuerza de los celos, de la desesperación: intenta acercarme a mí, que esella misma, o arrastrarme lejos de Fanny. Esta última extiende sus brazos esbeltos y frágiles sin siquiera mirarme, soledad comprende que, a veces, seguir los consejos propios es la mejor opción, y mesuelta.
Maquinalmente mis pasos consumen la distancia interpuesta, dejando la inconfundible huella de ansiedad en cada paso. En el trayecto, la razón y el pasado se confrontan, se interponenmutuamente, provocando a mi piel lo que la colisión de las placas tectónicas a la corteza terrestre. El cálido sudor que escurre ya de mis sienes, al contacto con la incompresible potencia del aliento gélidoque emana de su boca al susurrar mi nombre, estremece el aire en mis pulmones cual huracán Y cada centímetro que avanzo fortalece la intuición de un intruso merodeando, acechando permanentemente. Ycada paso que doy es el sabor de la vida, sazonado por la muerte latente.
Sin estar consciente del trance entre alerta y armonía, me encuentro charlando con ella, casi como de costumbre, pero ahora síespero una respuesta. Esta vez no percibo el matiz de masoquismo al solicitarle jovialmente los pormenores de su amorío reciente. Al despegar sus labios delineados con la perfección que la naturalezaes capaz: sus ojos ya me lo han contado todo, al menos mientras no los posa en mí. Luego, me observa y el tiempo se distorsiona; sólo existe su mirada sincera, pero indescifrable, que merma toda...
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