sueños de algodón

“Sueños de Algodón”

Doña Amelia despertó diferente esta mañana, tenía que prepararse para el momento tan esperado. Con esfuerzo, incorporó su frágil cuerpo hasta sentarse al filo de la cama. Paraser una mujer de ochenta y ocho años, aún tenía la fuerza suficiente para decidir continuar en la lucha por sostenerse en la vida.
Caminó hasta la pequeña peinadora que decoraba su estrechahabitación, se sentó en el banquito frente al espejo, tomó el cepillo con repujado de plata, uno de sus favoritos, y procedió a cepillar su blanca cabellera, al mismo tiempo que observaba su reflejo con susgrandes ojos azules. Sonrió con cierta coquetería, se sentía satisfecha al ver su imagen, aún se sentía bella, nació bella, y durante toda su vida había llevado ese don. Escogió el labial rojocarmín, que la había acompañado siempre, sus blancas y envejecidas manos temblaban al enmarcar sus casi desaparecidos labios. La sombra azul para sus párpados a duras penas se podía colocar, sin embargo susojos quedaron relucientes con aquél acabado. El polvo facial no podía faltar, se lo colocó en forma abundante intentando matizar un poco su tez blanca transparente. Terminado el ritual demaquillaje, el mismo que había utilizado toda su vida, se levantó y caminó con paso lento hasta el armario, abrió las puertas y observó detenidamente los trajes colocados en forma ordenada, por colores, en cadaarmador.
Decidió vestirse de color violeta, siempre le gustó ese color y sabía que hoy era oportuno usarlo. Con paciencia y movimientos pausados se vistió con el terno violeta, por suerte era untraje no tan complicado, camisero de una sola pieza con un fino cinturón. El olor a naftalina se desbordó con potencia en la habitación.
Ya faltaba poco, sintió que debería apresurarse. Una angustiaintentó apoderarse de ella al buscar los zapatos violetas, y no encontrarlos. Olvidó que ya hacía mucho tiempo que no le permitían ponerse zapatos de tacones por la flebitis de sus piernas, y que...