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PEQUEÑO DECÁLOGO DEL CATEQUISTA

1. El catequista es un continuador del Verbo encarnado (la Palabra en la Vida)

Me has dado un cuerpo (Hb 10,5)…La Palabra se hizo hombre (Jn 1,14)…Últimamente nos habló por su Hijo (Hb 1,2)… Tenemos que ir al encuentro de Dios por el mismo camino que Él ha tomado para venir a nuestro encuentro. Por el camino de la humanidad, el camino de la encarnación(histórico, existencial, vivencial, cultural….). Para llegar a la comunión hay que ejercitar la comunicación en todas sus dimensiones.

Esto le exige al catequista:
- compartir la vida de los chicos y sus familias: cercanía, relación personal con los catequizandos,
- comunicación de hechos y palabras (no sólo de palabras): atención a la vida, a los acontecimientos pequeños y grandes que marcan lavida de las personas,
- escuchar sin prejuzgar (preguntas, interrogantes, preocupaciones, expectativas…), sensibilizarnos a la situación de las personas, para poder responderles desde la fe.

2. El catequista inicia a los demás en la fe de la IglesiaIniciar, iniciación… son palabras que se refieren a algo que germina y que puja por llegar a su madurez y término: una planta, un camino, untrayecto, un proceso… Iniciar es introducir, acompañar, guiar por un paisaje desconocido. ¡Qué misión tan importante la del catequista: compartir con otros la aventura de la fe: su gestación, su crecimiento, su maduración! Así, con este sano orgullo lo expresaba San Pablo.
“Pues aunque hayáis tenido diez mil pedagogos en Cristo, no habéis tenido muchos padres. He sido yo quien, por el Evangelio, osengendré en Cristo Jesús” (1Co 4,15).
- No se trata de iniciar a los demás en la fe personal del propio catequista (su propio proceso, su vocación y sus carismas personales, sus devociones privadas, sus preferencias espirituales…) sino de iniciar en la fe de la Iglesia. Es decir, la Fe predicada por los Apóstoles y los demás testigos; la fe de los mártires y los santos, la de los grandes teólogos; eldepósito del que cuida el Magisterio.
- El catequista tiene que iniciar, ayudar a descubrir ese tesoro común, no de una manera neutra y fría sino aportando su propia experiencia y testimonio de creyente en Jesucristo.
- No le corresponde al catequista “seleccionar” o reducir el mensaje según sus preferencias (lo que a él le gusta y le motiva) o sus capacidades (lo que él practica y cumple condesahogo). ¡Cuántas veces habrá de anunciar verdades de fe que personalmente vive de manera muy deficiente! Pero no nos anunciamos a nosotros mismos. Anunciamos la gracia de Dios, que todos, también nosotros los catequistas, necesitamos.
- El catequista es un enviado de la Iglesia y su misión es la de integrar a los demás en ella por la fe vivida y celebrada. Una buena catequesis no se puede cerraren la relación bilateral del catequista y el catequizando. La finalidad de la catequesis no es la “dirección espiritual” sino la plena inclusión en la Iglesia.

3. El catequista “educa” en la Fe de dentro a fuera

Si “educar” en sentido etimológico significa sacar a la luz lo que está oculto, para que la Fe se eduque, ésta ha de estar de alguna manera “dentro” del sujeto. No se la introducedesde fuera como un cuerpo extraño sino que se la saca a la luz como un tesoro ignoto y escondido en el campo, con sorpresa y alegría; aunque, para ello, hayamos de comprar el campo vendiendo todo lo que tengamos con tal de conseguirlo. Por eso, la educación en la fe siempre será costosa y arriesgada. No se puede acceder al tesoro sin renuncias concretas.

- El catequista se tiene que preguntar:¿qué es lo que estos catequizandos han recibido ya de parte de Dios, antes de empezar todo aprendizaje, antes de recibir la primera catequesis? Para responder a esta cuestión, la teología viene en nuestra ayuda:
> El ser y la vida por la creación. Han sido elegidos y queridos personalmente por Dios para venir a la existencia.
> La imagen de Dios; más aún la imagen de Cristo, a quien todos nos...