Sujeto Y Trabajo Social
No tengo mala entraña con el problema objeto de intervención, este es un instituido fuerte en lo metodológico del trabajo social. No creo tampoco que el problema objeto de intervención descalifique al sujeto y menos aún con el sujeto históricamente determinado. Es un buen pariente sociológico ytienen buen trato en la intervención social. En cada despliegue de mi posición me pregunto si hay algún altar a ser destituido, si me da honor asaltar lo establecido. No es fácil responderse esta cuestión, cierta y particular rebeldía me hacen jugar malas pasadas a la hora de mostrar las herramientas que uso. A tal punto de destacar la crítica por sobre la propuesta.
Ahora, si la emprendocon el problema objeto de intervención, es porque en mi practica comencé a sentir una incomodidad con el planteo, una especie de picazón con este recorte, con este encuadre de trabajo. Comencé a vislumbrar la vida desde otro ángulo, desde uno mas amplio que aquel que se resumía en el binomio: problema - solución, no es que confundía la vida con una herramienta. Pero a la hora de mirar la vidadel otro: la técnica, las exigencias institucionales y el mandato de focalizar me desvirtuaban el campo. El famoso árbol que no deja ver el no menos famoso bosque. Un exceso de política de árbol me puso en crisis y me obligó a hacer un replanteo profundo con el deber ser de las exigencias institucionales, pero buscando algo distinto a la estrategia de inmiscuirse en sus hendijas, algo que busquemas que sacar provecho de sus rupturas, o supere el lúdico crear algo en el vacío institucional.
Me resultó cercano comenzar a mirarle la lógica a la cosa, siempre en la cultura del desenmascaramiento que por ejemplo unen a las propuestas de Freud, Marx y Foucault. Ver lo consistente por detrás de lo aparente. Estudiar el funcionamiento, y no solo cumplir la función. Poner extrañeza, unadistancia, cierta ajenidad y no para denostar o denunciar, sino para fracasar menos en acto y hacer valer una intervención. Aunque también es poner en uso diario un ejercicio de des-sacralizar lo establecido por el discurso predominante en la profesión, ya que este discurso como otros incluye partes muertas, partes que van quedando inútiles para la práctica y precisan nuevas constataciones.Entonces este movimiento de desnudar los distintos aparatos, no tiene como pretensión convertirse en puro exhibicionismo, sino mas bien un intento de acomodar los instrumentos a un tipo de abordaje que exprese una singularidad. Y mi singularidad no se contentaba con pensar que la gente venía con sus problemas claritos y redondos y poniéndolos en la mesa no tenía mas que seleccionar y otorgarle unvalor y una prioridad. No me convenció que resumiendo tal persona, tales problemas, iba a ejercer mejor mi función. Y menos aún comprobando que la supuesta solución del problema no solo no daban por cubierta la demanda, sino que definitivamente no reducían un padecer y menos aún ni transformar ni construir un cambio para el otro. Y la peor de las constataciones es que logrando gestionar un recursoy dando un consejo sobre los modos de su mejor utilización y estimulando sus partes buenas o sus partes sanas, como se lo quiera llamar, no me daban como resultado: solución del problema.
Todo un problema para mi, de apropiación de lecturas y instrumentos de intervención. En mis manos el problema objeto de intervención, perdía el valor que otro sabían darle. Es difícil renunciar a loapropiado sin sentirse ejecutor de un acto de traición. Pero tras la renuncia, aparece un desierto un vacío, que es al mismo tiempo desafío, un nuevo territorio a conquistar. Un vacío por lo que se deja y otro vacío por lo que aún no aparece. Soltar amarras, salir a la intemperie.
Ahora si bien no planteo una ruptura con el sujeto históricamente determinado., comienzo mi romance con el sujeto de la...
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