Sujetos de aprendizaje. A quién esperamos?

En este estudio trataré de abordar los modos de vida de los sujetos de la educación secundaria, experiencias de vida, expectativas e idealizaciones, relaciones familiares y la influencia en el desempeño estudiantil. La idea es mostrar claves de los modos hipertecnológicos de vida de los jóvenes con sus frustraciones y tropiezos. En el trayecto se entrelazan los textos trabajados en clase, lasdinamizaciones y opiniones de los participantes.
Adentrémonos, pues, en las infancias, las adolescencias y sus existencias al límite. El entorno de los adolescentes es, sin dudas, complejo y la muestra fotográfica de James Mollison (http://www.jamesmollison.com/wherechildrensleep.php?p=4), aunque foránea enseña una realidad dispar y alarmante. (ver Anexo)
Pero ¿qué es un niño, un joven o unadulto? ¿Cómo se relacionan con las nuevas tecnologías?
Carles Feixa (2008) utiliza maravillosamente la metáfora del reloj de las generaciones desde una perspectiva cinematográfica: “Tarzán, el buen salvaje a civilizar; Peter Pan, el adolescente que se revela contra la sociedad adulta y Blade Runner, sólo puede realizar revueltas episódicas y estériles, esperando adquirir algún día la conciencia”.Silvia Duschatzky acompaña –parafraseando a Umberto Eco- “…nos quedaron los nombres sin las cosas que nombran” (2003:46). Es el contexto que da contenido (o al menos anclaje) a esas cáscaras, donde lo fraterno sirve de ligadura social. Esta ligadura que no reconoce diferenciaciones etáreas, y que nos mantiene sujetos frente a un mundo que fluye. He de referirme a la fluidez no como un suave devenirde sucesos armoniosos sino, más bien, como estar parado sobre esos juegos de los parques de diversiones que se sacuden al ritmo de la música (Samba). “Fluidez es, entonces, el pasaje de un mundo estable a un mundo desreglado y altamente inestable, que no se deja pensar en su novedad por las viejas representaciones” (Silvia Duschatzky, 2003: 49). Entonces, joven, niño o adulto no son un procesobiológico, más bien son el nombre que le damos a esas ligaduras institucionalizadas – diría Bourdieu- un derecho de ser que es un deber ser. Ser adulto conlleva saber, autoridad y protección. Atributos estos, que niños y jóvenes encuentran (o deberían encontrar) en la familia y en la escuela. Rescato algunas experiencias propias y de colegas en donde los alumnos toman a los docentes como confesores desus problemas, consejeros y refugio. Se vislumbra cierta fraternidad, que se complementa con el eje paterno – filial más que una competencia con este. Al parecer, cuando en la familia hay ausencias, la escuela se hace más presente. Y es que la identidad social de los adolescentes se construye a partir de sus itinerarios individuales y del reconocimiento que estos hacen de la propia persona y delos otros, asociados con los espacios sociales por los que transitan, en donde la escuela es un escenario central.
Hoy los jóvenes están obligados a enfrentar la exclusión, el desprotección y la mirada peyorativa desde el mundo adulto. Esto se enmarca en un ambiente donde se prioriza el consumismo, la inmediatez y el facilismo por sobre la necesidad, el largo plazo y el esfuerzo. Es la guerra delser versus el tener que las nuevas tecnologías fogonean por encima del aparente acercamiento globalizador, globalización que desglobaliza, al decir de García Canclini (2004). Expresa Silvina Casablancas “Ni por ser jóvenes son todos nativos y hábiles en tecnologías (o si), ni por ser adultos son todos lejanos y sienten la tecnología como lejana a su época (o si) pero no de una manera deterministay globalizante. Y allí se encuentra el enigma, convivimos en la misma época adultos y jóvenes con las características de cada uno” (2012:21). Tecnologías que, históricamente, se mantuvieron bajo el dominio del adulto y que hoy son territorios ganados y explotados por los jóvenes. ¿Será este el motivo por el cual el mundo adulto estigmatiza a los adolescentes con una construcción despectiva?...