SUMAR Y NO SER SUMADOS
Yanko González*
Universidad Austral de Chile*
Instituto de Ciencias Sociales
Casilla 567, Valdivia (Chile)
ygonzale@uach.cl
Resumen
El trabajo analiza y discute la génesis y diversificación identitaria de las y los jóvenes en Chile a partir de su articulación ysecularización con los movimientos estudiantiles. Para ello se centra en algunos referentes que posibilitaron la emergencia de la juventud como sujeto y actor social, para llegar a la expansión y diversificación de las culturas juveniles en sincronía tanto con los procesos de reforma universitaria en el país (1967) como con el imaginario emancipatorio y juvenilizante emanado de la revolución de mayo de1968 en Francia.
Palabras clave: Juventud chilena, historia de las culturas juveniles, culturas juveniles revolucionarias, mayo de 1968, Movimiento de Izquierda Revolucionaria.
Mayo antes de Mayo
¿Cómo se vincula, se intersecta o se superpone el mayo de 1968 francés con los "mayos" sudamericanos y, particularmente, con el chileno? Las memorias -esas políticas del presente- siguen en conflicto paraleer el estallido francés ya como un nodo nutricio y axial del "sistema interconectado central" de la emancipación juvenil o bien, como un relámpago solitario en el temporal generativo de la adolescencia global y la juventud autoconsciente. La pugna entraña reflexividad histórica y espacial: para qué y por qué pensar nuestros mayos latinoamericanos desde la interconexión con los mayosmetropolitanos, si nos sobran las deudas con el grito insurreccional de Córdoba, ese mayo de 1968 materializado 50 años antes -en 1918- por los estudiantes radicales de esta universidad argentina. ¿No es el mayo francés un Cordobazo tardío? ¿No es la aparición de la universidad libre, obrera y popular argentina, chilena o peruana a principios del siglo pasado, una simiente augural -o inflexión temprana- de lareforma educacional de la década del sesenta en gran parte de Europa? ¿No fue el rostro "adulescente" -adulto perpetuado en adolescente- del Che el que inspiraba el camino insurreccional propio? ¿No se concretó en la Nicaragua Sandinista, con "la revolución de los muchachos", la comunión obrera, campesina y de sobremanera juvenil (Cfr. Lurte, 1979) que en la incipiente revolución de mayo del 68'quedó segada?
Estas interrogantes y asertos se vienen repitiendo en Sudamérica desde hace décadas, teñidas de un particularismo paralizador -"Escaramuzas como las de mayo 68 se realizan cada fin de mes en las capitales de América Latina...", diría Montiel en los 80' (1986:128)-; o de una parcialidad retrospectiva, que se proyecta hoy de la mano del historiador chileno Claudio Rolle "Se trata unavez más del poder de los lugares. (...) la revolución, una moda que se impone en la capital de la moda. (...) su impacto será mucho más duradero en el plano mítico que en el político, social y económico" (La Tercera, sábado 10 de mayo, 2008), o de Nicolás Casullo, autor deParís 68, las escrituras, el recuerdo (1998): "¿Qué le podía decir el estudiante francés a un universitario chileno de izquierdaen 1969 (...)?. Fue al revés: cuando yo estuve en París en aquel 68' lo único que se veían eran imágenes y rostros de Guevara, Castro, Mao, Ho Chi Minh, Lumumba. Sobre Europa influían los "arrabales de Occidente" de donde nacería la revolución que el centro del capitalismo no había podido realizar" (Diario El Mercurio, 13 de abril de 2008).
Curiosamente, lo que habilita a Montiel, Casullo, Rolle-y por cierto al que suscribe- para hablar de Guevara, Castro o los "arrabales de Occidente", es este mayo (re)inicial de Nanterre que en su operatoria "patrimonial" ha visibilizado y revitalizado mayos geográfica y temporalmente distantes que la memoria urde y recrea para afirmar la singularidad en medio de la homogeneización globalizadora, la sanción o el control del recuerdo. Por lo mismo,...
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