Sumisi N

SUMISIÓN.

Él, está desesperado por conseguir aquellos documentos con los cuáles podría perder todos sus
bienes, un error fatal cometido que podría destruir lo que con tanto esfuerzo ha logrado; es un hombre
bueno pero increíblemente ingenuo, de aquellos que se encuentran en un lugar equivocado a la hora y
momento menos indicado, aquellos a quien su mala costumbre de confiar en la gente lo llevaa fuertes
decepciones y en esta ocasión a un problema gigantesco. No solo su patrimonio está en juego, sino
también su libertad y con ello la esperanza y las ganas de vivir. Su desesperación lo empuja a tomar una
decisión: va a arriesgarse y está consciente de lo que hará solo aumentará sus problemas en caso de
fallar; entrará al despacho de la firma de abogados que va en su contra, parece no seruna tarea difícil
pues ha estado observando los movimientos del lugar así como los horarios, eso le ha permitido
elaborar un plan sencillo: sólo entrar cuando nadie lo vea, buscar los documentos y huir.
A su llegada, puede divisar por la puerta de cristal que sólo se encuentra en el interior una bella
joven; por la forma en la que viste totalmente de negro y lo atractivo de su personalidad podríaser
alguna de las litigantes de aquel bufete jurídico.
-¡Rayos!
Exclama para sí mismo aquel hombre, pues mira mermados sus esfuerzos por realizar la
atrevida hazaña; no obstante decide permanecer oculto en espera de la oportunidad, ella no puede
quedarse ahí para siempre ¿cierto?
Casi al instante, como si Dios escuchara sus plegarias y se preocupara por él, la hermosa mujer
abandona la habitación.Quizá sea hora de comer, quizá tenga alguna cita o simplemente acuda al
tocador de damas. Es el momento esperado, no puede perder más tiempo. Sabe que los minutos pueden
ser contados.
Sigilosamente, el individuo ingresa al recinto y comienza el furtivo asalto: entra al despacho, la
habitación no es muy agrande y apenas cuenta con un escritorio de caoba, un librero lleno de códigos,
tresarchiveros pegados a la pared frente al escritorio; revisa con desesperación expedientes y archivos
que reposan en orden sobre la mesa, mira los documentos con nerviosismo, ansioso de abandonar
cuanto antes aquella clandestina aventura pero no puede encontrarlos, sabe que va a tener que
comenzar a revisar archiveros y desde luego intentar alterar el orden lo menos posible, lo que lo tomará
varios minutosmás. Sin demora, comienza la búsqueda cometiendo el grave error de descuidar la
puerta al darle la espalda.
Revisando archiveros y con el paso de los minutos, el hombre comienza a relajarse, la mujer
debe haberse ido del lugar; ya más seguro y con la mente clara se sentía capaz de realizar una búsqueda
eficaz…
-¿Quién es usted? y ¡Qué hace demonios haces aquí!
Ha sido interrumpido por una femenina yexquisita voz en tono serio de verdadero enfado, la
hermosa mujer que vio antes de entrar al despacho se encuentra de pie en el umbral de la puerta con
gesto ominoso, lo que endurece sus facciones. Él no puede ni alzar la mirada, el corazón ha dejado de
latir y puede sentir como sus pupilas se dilatan a la vez que los ojos están a punto de salir de sus
órbitas, la mandíbula tiembladesesperadamente y las manos no paran de sudar al igual que la frente

mientras un frío hielo le recorre la médula inmovilizándolo y enmudeciéndolo completamente.
-¿No me has oído? -vuelve a gritar la enfurecida y hermosa dama- ¿Por qué demonios revuelves
esos documentos? No sabes con quienes te estás metiendo ¿tienes idea siquiera de lo que estás
haciendo? ¿Sabes lo que es el allanamiento y el robo del queahora te puedo acusar, asqueroso ladrón?
Pareciera que después de todo no era Dios quien cuidaba de su desamparado hijo sino más bien
se tratara del demonio que ha decidido juguetear un poco con éstos volubles humanos. O quizá sea
juego de esos dos, uno de tantos en los que los humanos somos parte de su entretenimiento.
-¡ESTOY ESPERANDO! LO VOY A PREGUNTAR SOLO UNA VEZ MÁS ¿QUE HACES
AQUÍ?...