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INTRODUCCIÓN


Al describir el universo conceptual de la arquitectura de Tomás Reed se mencionó cómo la noción de “estilo” del siglo XIX europeo se identificaba con el “carácter”, puesto que lasformas físicas de los edificios debían expresar el espíritu de su contenido, entendido no sólo como un sentimiento general, sino también en términos de su destinación o uso. La polémica europea entreneoclásicos y neogóticos no puede separarse de esta base sustentatoria que los cobija a ambos: el supuesto de que la coherencia estilística en arquitectura, más que reproducir literalmente las formasdel pasado, lo que hace es atrapar el espíritu o fuerza vital que originó estos estilos. Por ello, el neoclásico podía metafóricamente compararse con el mesurado “espíritu apolíneo” -fuerzas de larazón y de la contención- y el neogótico, con el “espíritu dionisíaco” -fuerzas de la pasión y de la vida. Estos desarrollos decimonónicos ya estaban en cuestión a finales del siglo; incluso en losprimeros años del siglo XX la arquitectura europea buscaba desembarazarse en forma radical, y sin éxito, de la concepción misma de “estilo”.
Sorprendámonos de las fechas: en los años 20, cuando ya elmovimiento Moderno hacía su aparición entre los grupos intelectuales de vanguardia en Europa, en Colombia se está en el punto culminante de la arquitectura “por estilos”. Hay en ello un anacronismoevidente; lo importante no es sin embargo hacer esta constatación, sino precisar las modificaciones y peculiaridades que supone una adopción tardía.
Se puede decir que la arquitectura republicana es eltraslado de la arquitectura del siglo XIX europeo al medio colombiano. Pero como
es frecuente en la utilización tardía de movimientos estéticos, no se trata de una asimilación absoluta, pues al estardespojada de los significados básicos que la originaron, queda sólo su precipitado formal. De la arquitectura europea no se tomaron los presupuestos teóricos, sino su cascara ornamental y ello se...