SUPERMAN REGRESA

Universidad de Guayaquil


El regreso de Superman
Ha vuelto Superman. Digo, la película. Entonces, ya llegará una epidemia de niños que se colocan una toalla en la espalda y comienzan a correrpara alzar el vuelo. Y habrá también aquellos más audaces que se lanzan al vacío desde la ventana. Todos, porque están convencidos de que pueden llegar a volar como Superman. Yo volé, aunque volar hacebastante más de cincuenta años era otra cosa. Ahora cualquiera vuela. Y termina prófugo en Miami.
Así nos pasa: alguien nos va convenciendo de algo y nosotros terminamos por creerle. Entonces, porigual, adquirimos poderes y nos llenamos de virtualidades. ¿Quién que haya sido católico no ha sido santo, siquiera por un día? Santo, de treparse a los altares y hacer milagros como nos decían en lasrevistas de Vidas Ejemplares que los hacía san Francisco, o san Cristóbal (que después fue dado de baja del santoral, el pobre) o San Martín de Porres. ¿Quién que no haya soñado con ser futbolista yescuchó por la radio un partido en que jugaba Pelé, no ha metido un gol desde un ángulo imposible y recibido en su honor el grito frenético del estadio lleno? ¿Y quién, que no haya sido alumno no hacogido la metralla, como nos contaban que hacía Eliot Ness, y ha disparado varias ráfagas contra Al Capone, encarnado en el cuerpo alto y regordete del profesor de matemáticas? Es que nosotros no somosuno, sino que somos varios. Nos desdoblamos. Será tal vez porque conservamos, a pesar del paso del tiempo, algo de niños y, en nuestra debilidad, nos vamos convenciendo de que somos lo que nos dicenque somos. Por eso me niego a ver la última versión de Superman: me parece indigno que al salir de la ducha me anude la toalla al cuello y corra desaforado para ganar altura. Ese no sería un buenejemplo para mis nietos, creo. Sí, reconozco mi debilidad. Porque yo fui también Tarzán y fui El Pirata Buena Suerte. Y un día, después de ver Trapecio, colgué una soga en la rama de un árbol y la amarré...