Svampa
De la Patria Metalúrgica al Heavy Metal 1
Por Maristella Svampa
"Por que yo viví toda esa época. A mi nadie me lo contó",
Alfredo, trabajador metalúrgico, 68 años.
"Yo no soy peronista porque no nací en la época",
Mario, trabajador metalúrgico, 28 años
"Tu papa es peronista?
Nunca lo sabré, no tiene una definición...En su epoca fue peronista. Y en tu caso, ¿mantenés una relación de distancia con el peronismo?
Mi caso es de distancia hacia todos."
Manuel, trabajador metalúrgico
y estudiante universitario, 25 años.
1. Introducción
En uno de los viajes que realizamos juntos para visitar una fábrica metalúrgica del
sur de Buenos Aires, Carlos nos deslizó el borrador de un panfleto en contra de la
flexibilización laboral que estaba trabajando desde hacía cierto tiempo con algunos
colaboradores, y que pensaba distribuir en todas las fábricas del sector. En la primera parte
del texto se hacía una larga lista de los derechos y leyes laborales que se habían obtenido en
épocas pasadas, que concluía textualmente con la siguiente frase: "Leyes que hoy nos parece
tan común tenerlos y disfrutarlos y que la mayoría de las veces no valoramos ni nos
preguntamos Por qué?, ni Cómo? se consiguieron". La frase estaba dirigida a los jóvenes
trabajadores metalúrgicos quienes, según él, parecían creer que esas leyes laborales habían
existido desde siempre, como si formaran parte de la naturaleza "Se olvidan de que fueron
producto de luchas sociales. Se olvidan, y a la hora de exigir lo hacen como si fuera algo
normal, sin preguntar ni atender las razones".
El cambio en las actitudes de los trabajadores más jóvenes constituye una de las
obsesiones centrales del trabajo de Carlos, un cuadro gremial de la Unión Obrera
Metalúrgica que cuenta hoy con 36 años. Cierto es que la colisión entre el marco
1 Este artículo fue publicado en el libro Desde Abajo. LA transformación de las identidades
sociales, en M.Svampa (editora y compiladora), Buenos Aires, Biblos, 2000.
107
prescriptivo de las acciones de Carlos y las actitudes de los jóvenes trabajadores que íbamos
a visitar era , por momentos, casi total.
Es sabido que, en Argentina, la integración socioeconómica de la clase trabajadora
fue realizada por el primer régimen justicialista, entre 1946 y 1955. Este proceso de
incorporación de la clase trabajadora no fue sólo socioeconómico sino también simbólico.
El discurso de los nuevos gobernantes apuntó a desvincular la idea del progreso de la
imagen de un país pastoril, agrario, para ligarla a la imagen de una Argentina industrial. La
idea de progreso, componente central del imaginario social argentino se dotó de nuevos
contenidos y, en ese mismo proceso, fue asociada con nuevos actores sociales: la clase
trabajadora. Hasta entonces, la imagen de una sociedad donde imperaba la fe en el progreso
indefinido y en la movilidad social ascendente había sido encarnada, sobre todo, por los
sectores medios. A partir de 1945, esta representación del país como una sociedad
integrada, con una tendencia a la homogeneidad social, se haría efectiva y extensiva a los
sectores populares, más concretamente a aquellos que fueron el destinatario principal de los
beneficios económicos y de los derechos sociales implementados por el primer gobierno
peronista.
El trabajador industrial se hallaba en el corazón de esta representación progresista
del desarrollo histórico, identificado con una Argentina industrial y moderna. Es esta
representación del progreso social la que todavía tiene una enorme resonancia en Carlos,
cristalizada en un estilo de vida muy asimilado al de las clases medias. Como resume ...
Regístrate para leer el documento completo.