Swain ‘el alma, la mujer, el sexo y el cuerpo’

SWAIN ‘El alma, la mujer, el sexo y el cuerpo’

Es necesario tratar la histeria como reveladores. Hasta Charcot, algo se simboliza en y con respecto a la histeria: el destino femenino. Laenfermedad funciona como un escenario donde se revelan y exhiben la verdad del cuerpo femenino y la condición que de él resulta. Puesto que la mujer es íntegramente mujer por su cuerpo o, al menos, por unaparte de ese cuerpo: su parte reproductiva, lahysteria de los griegos y los órganos asociados vienen a recordar y señalar las manifestaciones histéricas.
La transformación completa de la representaciónde la histeria se impone a fines del siglo XIX y constituye la clave de la noción contemporánea de neurosis: cambio en la relación con el cuerpo. En la vieja histeria se presentaba, bajo la forma deuna exclusividad femenina, con Freud, la histérica se vuelve la promotora del inconsciente, aquella que devela la nueva partición del sujeto, aquella en quien nace la nueva imagen de la división deuno mismo.
La histeria que se opera entre 1880 y 1900 revela la importancia de una herencia; abre paso a la significación de una ruptura. La histeria es, por un lado, aquello a través de lo cual nosintroducimos, en el antiguo sistema de las representaciones del cuerpo. Por otro lado, es aquello a través de lo cual aprehendemos la parte corporal, de lo que se presenta como descubrimiento delinconsciente.

Insistencia de la histeria ginecológica

La historia de la histeria sería el largo enfrentamiento entre una teoría uterina, completamente influida por el imaginario tradicional, y unateoría nerviosa o cerebral, inspirada por un espíritu crítico más científico.
Hasta muy entrado el siglo, la mayoría de las histéricas seguirá dirigiéndose a ginecólogos y obstetras. Hay imágenestradicionales que relacionan la histeria con las funciones reproductivas y que asocian la histeria a los órganos genitales femeninos. La histeria indiscutiblemente atañe los órganos en los que los...