Table dance
El país de la noche, el país de los antros, el país de la carne deseable de las mujeres, el país de los bajos fondos, a pesar de las múltiples miradas que sobre tales ámbitos sehan hecho (textuales, visuales, documentales, analíticas,) se mantiene allí como un acertijo primordial.
Conforme más se logra incidir en sus espacios, un espectro avasallador que va desde lanostalgia de la juguetería hasta la magia de los duendes etílicos encerrados en las botellas, la esfera del bar de table–dance constituye un homenaje a lo efímero, una burbuja contraria al anheloinmemorial de trascendencia que caracteriza la especie humana.
Entrecruzamiento de la necesidad y la escasez, efecto centrífugo del código monetario que sirve para satisfacer la narcosis cotidiana en busca de sexo, afecto, ilusiones y reafirmaciones masculinas, el espectáculo de table–dance configura una faceta más del pansexualismo cultural en el que vivimos. Prófugos de las convenciones, de los hábitos domésticos, dueños por un instante del secreto de la belleza que entraña el cuerpo femenino, los noctívagos y afectos al table–dance quisieran recomponer su vida en una noche, otorgarle ungrado memorable de dignidad que el peso del mundo tiende a negar. El contacto con lo excepcional a precio módico. El vicio del voyeurismo, de los tocamientos, de los roces, de los “fajes”, de laseyaculaciones higiénicas, que llegan a ser aún más intensos que la coyunda rutinaria, o los cortejos tradicionales.
Porque la esfera del table–dance implica un apropiación de lo oculto y undesprendimiento de lo reprimido: la belleza desnuda de aquellos cuerpos que se muestran en plena desnudez o en atuendo minúsculo, que compiten por lograr el mayor impacto sensual, la coquetería suprema,el reclamo de la hembra que invita al desfogue violatorio que jamás se consumará –al menos no en el bar–, la apariencia gimnástica que parece extraída de un sexy–cartel o revista porno, construyen...
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