Taller filosofico
Los siete sabios de Grecia eran conocidos –en Grecia, claro- además de por sabios, que lo eran, por lo que de práctico tenía su sabiduría. Y es que además de ser tiranos, políticos, estadistas, legisladores y reformadores sociales eran, por si fuera poco, famosos por sus aforismos y sentencias, es decir por sus frases estudiadas y meditadas con las que pretendíanguiar la conducta de los hombres.
A los siete sabios se les suponía una gran sabiduría porque para eso eran sabios. Y todos en su época decían que se les recordaría perpetuamente, aunque solamente uno de ellos, Tales de Mileto que además era el único matemático de los siete, ha pasado a la posteridad para que sigamos recordando y estudiando su obra como muestra de que las matemáticas soninmortales (de Mileto).
A Tales de Mileto la Historia le impuso la injusticia del orden alfabético al confeccionar la lista que incluía a los siete sabios. El tiempo ha demostrado que la lista se ha invertido pasando el último a ser el primero en el respeto y la admiración de los humanos que le hemos seguido desde entonces hasta ahora. Así la lista que ha llegado a nosotros a través de los siglos, conel injusto orden alfabético mencionado, es la siguiente:
1. Bias de Priene: Eminente político griego y famoso legislador.
2. Cleóbulo de Lindos: Tirano de Lindos, en la isla de Rodas.
3. Periandro de Corinto: Tirano, como su nombre indica, de Corinto, isla famosa por sus pasas. Se dice de él que reglamentó y humanizó el régimen de trabajo de los esclavos. Bajo su mandato Corintoconoció una duradera prosperidad.
4. Pitaco de Mitilene: Estadista que intentó restringir el poder de la nobleza dando más protagonismo a las clases populares.
5. Quilón de Esparta: Político que militarizó la vida civil de los espartanos dando a la juventud una educación castrense.
6. Solón de Atenas: Legislador y reformador social.
7. Tales de Mileto: Matemático, filósofo, geómetra,ingeniero y político dotado de una gran sabiduría práctica y poseedor de una ingente cantidad de conocimientos.
Aquel día Tales de Mileto estaba especialmente feliz. Habían elegido una de sus sentencias para grabarla en el frontón del templo de Apolo en Delfos. Y allí estaba Tales viendo como los escultores retiraban los andamios después de dejar grabada para la posteridad su sentencia: “Conócete ati mismo”.
Tales había invitado a la inauguración de la sentencia a sus colegas sabios y allí estaban todos menos Solón de Atenas y Bias de Priene. Y cuando se estaban preguntando qué podría haberles pasado aparecieron jadeando colina arriba hasta llegar a la puerta del templo donde los otros cinco le esperaban.
-Pero bueno, queridos colegas, ¿Qué os ha pasado que venís tan agitados?-Casi nada –contestó Solón- que yo, mucha fama de sabio y Bias me engaña como a un cretense, que todavía no podemos decir como a un chino ya que aún no sabemos que existe China.
-¿Qué te ha pasado? –preguntó Tales.
-Explícamelo tú, que para eso eres matemático: Bias y yo teníamos que recorrer una distancia de 50 kilómetros. Teníamos un caballo que marchaba a 10 km/h pero sólo podía llevar auno.
-Pues vaya caballo –dijo Tales, sonriendo.
-Sí, qué le vamos a hacer, pero no teníamos otro. Pues bien, yo caminaba a razón de 5 km/h y Bias a 8 km/h.
-¿Y eso? –preguntó Cleóbulo de Lindos.
-Es que Bías es más joven que yo –contestó Solón- Así que, decidimos turnarnos andando y cabalgando. Cada uno ataba el caballo a un árbol tras su cabalgada, para que lo recogiera el otro,y continuaba a pie. De esta forma llegamos a la mitad del camino al mismo tiempo y descansamos media hora. Después repetimos la misma combinación para llegar simultáneamente al final del trayecto. Y como estoy hecho un lío, pregunto: ¿A qué hora hemos llegado a nuestro destino si salimos a las 6 de la mañana? O sea, ¿qué hora es? –preguntó Solón después de plantear el problema.
Todos iban a...
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