Taller Region y Contexto Caribe
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CAPíTULO
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LA ENCOMIENDA Y EL PODER POLÍTICO
Es menester analizar las relaciones entre la encomienda
y la
participación en el poder político, bajo dos aspectos: a) La predominante
posición de las regiones encomenderas
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autoridad gubernativa
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alcanzada por los encomenderos y sus dependientes
públicas en esas regiones privilegiadas.
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Adicionalmente
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respecto del ejercicio de la
con relación a otras zonas y b) La influencia
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en las decisiones
es necesario explicar cómo se crean a través
y por medio del tejido social formado por la encomienda,
los canales
de ascenso social en la medida en que coinciden con los canales de
participación política individual.il,
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LA SEDE GEOGRÁFICA
DEL GOBIERNO
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Las obvias ventajas geográficas
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punto de vista de las comunicaciones
que representaban
desde el
las primeras fundaciones españo-
las en el litoral Atlántico o en las riberas del río Magdalena (Santa
Marta, Cartagena,
San Sebastián de Urabá, Mompós),
y la riqueza
aurífera vinculada a las nuevasciudades del sur y del noroeste (como
Cali, Popayán, Cartago y Anserma) parecían ser decisivas en la primera
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mitad del siglo XVI para la elección de las sedes gubernativas de los
nuevos territorios. En otras regiones americanas tales consideraciones
determinaron la radicación de los poderes públicos predominantes en
sitios como Caracas, Buenos Aires o Lima. Enlas colonizaciones
inglesas posteriores en la América del Norte, jugaron también un papel
fundamental.
Si solamente se consideraran las condiciones económicas
regionales dentro del marco internacional de un naciente mercantilismo, la primacía política hubiera debido pertenecer a las regiones
que como la legendaria Buriticá (actual departamento de Antioquia) o
zonas como Neiva, Chocó oPamplona, revelaron la mayor riqueza
de metales preciosos. Duque Gómez I, aduce que la cantidad de oro obtenida en esas zonas durante dos siglos es realmente incalculable y
podría esperarse que esa circunstancia (como aparentemente ocurrió
con la riqueza argentífera de PotosO determinaría la preponderancia política de esa región, de un modo incuestionable.
No ocurrió así. Apenas en 1550, el poderpolítico y la primacía
eclesiástica, pasaron a residir en las zonas encomenderas de mayor
permanencia (Tunjay Santa Fe) a expensas de otras re~ion'es. Es interesante anotar que el primer presidente del Nuevo Reino, MiguefDíez
de Almendáriz devolvió a los encomenderos designados por los
hermanos Quesada, las encomiendas de las cuales los había privado el
gobernador de Santa Marta, Alonso Luis deLug02.
En1553, a petición de Felipe rr3, el Papa dispuso que ia Catedral
y el Cabildo Eclesiástico de Santa Marta se trasladaran a Santa Fe,
«erigiéndola en metropolitana: con los obispos sufragáneos de Cartagena y Popayán desamembrado éste del Arzobispado de Lima, y aquél
de Santo Domingo, quedando el de Santa Marta reducido a Abadía» 4.
Así, pues, hacia 1550 la zona de Tunja y Santa Fexecibía, por
influencia de los encomenderos: la totalidad del poder político sobre
las regiones. geográficas que luego habían de constituir el «Nuevo
Reyno de Granada».
Este auge político de la región central andina coincide con la
circunstancia de que ahí existe y va a perdurar notablemente una
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. numerosa población aborigen relativamente sedentaria, que repartida en encomiendas sirve comobase para la organización de una
economía estable a pesar de su desvinculación con el comercio
internacional. Hacia 1640, en Santa Fe había aun encomiendas hasta
de 400 y más indios tributarios y las de Tunja eran casi igualmente
poderosas.
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En contraste, de cerca de cuarenta caciques y pueblos encomendados por don Pedro de Herédia, en 1541, en Mompós, solamente pueden reconocerse...
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