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UN PSICÓLOGO EN UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN
La mayoría de los sucesos que aquí se describen, ocurrieron en pequeños campos de concentración –donde se llevó a cabo el exterminio real- y no en los campos grandes y famosos.
Las personas que jamás han pisado un campamento, tienden a formarse una idea equivocada de la auténtica vida en un campo de concentración.
PRIMERA FASE: INTERNAMIENTO EN ELCAMPO
Los prisioneros llegamos al campo de concentración en un tren en el que lo abarrotaban, sin suficiente espacio para respirar. Todos creíamos que íbamos a una fábrica de municiones, pero la realidad es que fuimos llevados a un campo de concentración llamado Auschwitz.
Tras cuatro días en una barraca (choza) en la que solo cabían como máximo doscientas personas, éramos unos mil cienprisioneros, en donde sufrimos la primera selección: los que físicamente parecían enfermos o débiles eran llevados a la cámara de gas o a los crematorios, el resto, para trabajar. Solo se salvaron los que utilizaron métodos poco éticos para sobrevivir. Los mejores de entre todos los prisioneros no regresaron.
Esperamos en un cobertizo que parecía la antesala de la cámara de desinfección. Nosdespojarían de nuestras últimas pertenencias (anillos de matrimonio, medallas de oro, mi manuscrito). Nos introdujeron a la antesala de los baños. Nos obligaron a despojarnos de nuestras ropas. Entonces oímos los restallidos del látigo por primera vez. Después nos introdujeron destempladamente en otra habitación para afeitarnos. Dejaron nuestros cuerpos sin un solo pelo. Casi sin reparar en nuestrairreconocible imagen, miramos angustiados al hacia el techo y, con gran alivio comprobamos que de las duchas salía agua, agua de verdad…
Mientras aguardábamos la ducha, se hizo patente nuestra total desnudez, en su sentido más literal: el cuerpo sin pelo y nada más. Tan solo poseíamos la existencia desnuda.
Lo desesperado de nuestra situación, la amenaza de muerte que día a día se cernía sobrenosotros, la proximidad de la muerte de otros, conseguían que a casi todos, aunque fuera por un momento, le rondara en la cabeza la idea del suicidio. No resultaba tan difícil en Auschwitz, tomar la decisión de no “lanzarme contra las alambradas”, en realidad no tenía mucho sentido suicidarse.
SEGUNDA FASE: LA VIDA EN EL CAMPO
Con los primeros albores de la mañana, el prisionero esperaba alineado ensu destacamento, preparado para la marcha. De repente se rasgaba el silencio con el grito de un compañero abatido por los golpes. Si el prisionero había entrado en la segunda fase de sus reacciones psicológicas ya no apartaba la vista.
Aunque resulte paradójico, en aquellas circunstancias, un golpe bien dado, certero, quizá hiere menos que otro que no atina en el blanco.
El aspecto más lacerantede los golpes era el insulto que solía acompañarles.
Los prisioneros soñaban con pan, cigarrillos, baños de agua tibia. La imposibilidad real de consumar estos deseos básicos les empujaba a satisfacerlos en el mundo ilusorio de los sueños. Que este mecanismo resultase beneficioso o no, eso ya es otra cuestión: al final el prisionero soñador acababa despertándose y regresaba a la realidad de lavida en el campo de concentración.
Para la mayoría de los internos, el único objetivo era “salvar el pellejo” por lo despreciaban cualquier cosa que los apartara de éste.
Mi mente se aferraba a la imagen de mi esposa, con una asombrosa precisión. Por primera vez comprendí la sólida verdad dispersa de tantos poetas: el amor es la meta última y más alta a la que puede aspirar un hombre, lasalvación del hombre solo es posible en el amor y a través del amor. Aún cuando ese hombre se encuentre en una situación de desolación absoluta, ese hombre puede realizarse en la amorosa contemplación de la imagen amada. “Los ángeles se abandonan en la contemplación de la gloria infinita”.
Agradecíamos el más insignificante de los alivios. Nos conformábamos con tener tiempo para despiojarnos antes...