Tanto Tiempo.
Empecé a mirar unas remeras para una salidasosteniéndola en mi mano mientras hablaba con Pamela, cuando en medio de la conversación vi a pasar una persona muy conocida. Me preguntaba quien era miles de vecesy de donde la conocía.
Ella estaba mirando unos pantalones y Pamela me dijo que se iba a probar todo un conjunto, entonces de ahí me acercaba a aquellachica para averiguar. Pero antes de que yo dijera algo se fue a probar el pantalón que miraba hace rato dejándome con las palabras en la boca.
Aun con la remeraen las manos me dirigí hacia donde la chica fue a probarse aquel pantalón marrón.
Estaba esperando a que saliera para poder reconocerla, pero después detanto recordar escuche que la chica, silenciosamente, lloraba. Apenas la escuchaba cuando le pregunte por fuera de la cortina si estaba bien y no me contesto.Corrí la cortina para ver que le pasaba. Ella estaba sentada en el piso abrazando sus piernas junto al cuerpo en un rincón, y el pantalón estaba en la silla, no selo había probado. Me arrodille frente a ella y le pregunte si estaba bien apoyándole mi mano en su hombro. Ella levantando su cabeza despacio me miro con lacara empapada en lagrimas y ahí la pude reconocer.
- Rode… ¿Sos vos? – me emocione que la abrace como a una nena. Había pasado como veinte años sin verla desdeséptimo grado en la primaria – Hay, Rode que alegría…
Mire hacia donde Pamela me miraba con una cara de asco y me dijo:
- ¡Que vergüenza!
Fin.
Regístrate para leer el documento completo.