Taquillas
Viajar en el metro de la Ciudad de México es toda una travesía, pero existe una escala por la que todos tenemos que pasar: las taquillas donde se expenden los boletos parapoder ingresar a este transporte colectivo. Si cuando una ya está en el vagón; a veces es la muerte por todos los obstáculos que se tienen que librar para entrar o salir de éste, muchas veces en lastaquillas se padece el mismo sufrimiento. Y las culpables de todo el caos que se origina, son las señoritas que venden los boletos. En efecto, esas mujeres tan tiernas, vestidas de gris y queaparentan no matar una mosca, son las responsables.
He aquí mis razones. Primeramente, siempre están platicando, si no me creen obsérvenlas. Todas, desde las del turno de las 5 de la mañanahasta las que cierran la taquilla, todas se la pasan chismorreando, ya sea con la compañera de al lado o con alguien más por teléfono; el chiste es que nunca se les ve calladitas. Al menos tuvieranconversaciones interesantes; pero se la pasan hablando de vanalidades, que fijate manita esto, que fijate manita lo otro. No miento, las he escuchado pues he tenido que esperar lapsos de tiempoconsiderables esperando a que se dignen a venderme un boleto. No digo que horas, tampoco hay que exagerar, pero estoy seguro que con un minuto que se tarden de más en despachar a alguien ya se amoló la cosa. Eseminuto perdido origina que pierdan la concentración en su trabajo y que lo hagan de manera lenta y poco eficiente, lo que a su vez causa que la fila para comprar un boleto se vaya haciendo más y másextensa hasta que de plano parece que hay manifestación. Segundo, son especialistas en crear conflictos con los pasajeros que desean comprar un boleto. Si uno llega con un billete de cien pesos, yquiere comprar digamos, cinco boletos; su respuesta es que no tienen cambio. ¿Cómo no van a tener cambio? Porque mejor no dicen que les da flojera estar dando el vuelto a los pasajeros. Esta bien, ya...
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