Tarantino
Y es que lo cierto es que hace ya muchos años que el cine ha dejado de ser la expresión de un estilo y un imaginario únicos e intransferibles; los géneros cinematográficos ya noson compartimentos estancos, y se podría decir que la concepción cahierista del cineasta como creador de estilo no es del todo válida. Tarantino, al igual que nuestro Almodóvar patrio, opera más bien como bricoleur, reciclando de forma fetichista elementos de otras películas, deconstruyendo y volviendo a construir, mezclando sin ningún complejo el noir, el spaghetti western de Leone y elhiperrealismo de Peckinpah. La condición frankesteiniana de sus filmes hace que la complicidad con el espectador sea indispensable, ya que ese pastiche de referencias pop exige cierta cultura audiovisual previa por su parte; y si hay algo que ha demostrado Tarantino es que siempre ha sabido cómo capturar al espectador gracias a la combinación de un ritmo narrativo trepidante con un el humor corrosivo y unaapabullante intertextualidad. Y es que Pulp Fiction es también un un homenaje a la literatura barata (tal y como indica el título y la definición del prólogo) y, por extensión, a la cultura popular; Tarantino representa coo nadie lo había hecho antes a la rata de videoclub de la década de los 90: un hombre que devora tanto películas de Godard como dibujos animados japoneses, pero que también pasahoras delante de la televisión y se siente fascinado por los cómics y el manga.
Las conversaciones entre los personajes, a pesar de la banalidad de los temas tratados, contribuyen a crear una atmósfera colectiva de modernidad por sus continuas referencias a la cultura contemporánea. Aunque parezcan fuegos de artificio creados para enganchar a un espectador crecido con la misma cultura trash deTarantino, esos diálogos en medio de un film dominado por la violencia tienen una función dramática muy precisa.
No se puede negar que Pulp Fiction tiene numerosos elementos iconográficos y estructurales que nos remiten irremediablemente a clásicos de cine negro. Hay quien ha sentido la necesidad imperiosa de adscribirla a un género determinado (con la consiguiente simplificación y pérdida dematices que suponen tales clasificaciones) y la ha calificado de neo-noir, ya que a pesar de su barniz posmoderno y de la gran diversidad de referentes que maneja el director no deja Pulp Fiction de ser, ante todo, una reformulación autoconsciente de las convenciones del género negro. Sea como fuere, las ambiciones del director norteamericano son básicamente estéticas y tienen un fuerte componentefetichista, lejos de la carga ideológica de las películas como A bout de Souffle (1959) o Pierrot le fou (1965), dirigidas por su admirado Godard, quien en su momento también jugó con las convenciones del cine negro americano. Y si filmes como Scarface (H. Hawks, 1932) son considerados ahora como crónicas de un tiempo histórico, como retratos de la sociedad de la época, también se podría decir lo...
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