tarea 3

La puerta de la habitación se abrió con cuidado dando paso a una doncella sonriente con un ramillete de rosas en las manos. Caminó en silencio hacia una mesita, colocando las rosas en un jarrón oriental para dirigirse hacia las ventanas.

¡Buenos días señorita!- exclamó la alegre voz de Dorothy mientras abría de par en par las cortinas del ventanal.

Hmm....¿qué hora es? -preguntó la voz somnolienta de la joven dama que se estiraba perezosamente sobre las almohadas.

Son las diez de la mañana señorita Candice -contestó Dorothy mientras le alcanzaba una bata.

¡Las diez!- la rubia se levantó rápidamente de la cama- ¡Hoy hay cita de familia a las once en la ciudad y yo aquí en cama! La Tia Elroy me va a regañar..- exclamó mientras se ponía la bata.

No sepreocupe señorita - sonrío la doncella- la reunión empezará a las once y media. El señor William me envió una nota esta mañana anunciando la “verdadera” hora de la cita.

- - ¿La verdadera hora?- preguntó Candice, terminando por fin de calzarse las pantuflas con el emblema Andrey.
- - El señor William tenía el presentimiento que usted estaría muy cansada después deacompañar a la señora Elroy al Club de Damas. He preparado su baño y si se da prisa...podría llegar antes que todos y sorprenderlos – concluyó, guiñándole el ojo.

Candice miraba distraídamente el paisaje a las afueras de Lakewood mientras el chofer la conducía hacia las oficinas de la familia Andrey en la ciudad. Cuatro años habían pasado desde aquel día en que descubrió que su amigo Albert era enrealidad el Tío Abuelo William. Ella había esperado ver a un anciano de cabello blanco y largo bigote pero en su lugar Albert, lleno de juventud, le había confesado que él era el patriarca de la familia y su benefactor.

- - “Gracias a Diós que era él o quizá en estos momentos yo sería Candice White Andrey Leagan”- pensó ella.
- - Hemos llegado señorita Candice -dijo el chofer deteniendo el coche.
- - Gracias Ben - dijo ella descendiendo del auto - Lo veré luego.
- - Que tenga un buen día, señorita- dijo el chofer tocándose ligeramente el sobrero del uniforme.

Candy sonrió al portero mientras entraba al edificio de “Andrey Enterprises”. El vestíbulo era de mármol con grandes columnas que franqueaban la escalinata que lallevaría hacia la oficina de Sir William. Candy empezó a subir la escalinata de dos en dos, mientras se recogía la parte delantera del largo vestido que llevaba.

- - “¡Eso no es digno de una dama!”- Candy creyó escuchar la voz de la Tía Elroy regañándola pero continuó su andar.
- - ¡Buenos días!- saludó Candy a la secretaria.
- - ¡Buenos días señoritaCandice! Pero que temprano ha llegado usted, es la primera en llegar.
- - Esa era mi intención, Nancy. Dígame, ¿está William en su oficina?
- - Sí, señorita. Permítame anunciar......- pero era ya demasiado tarde, Candy había entrado a la oficina sin golpear y cerrado la puerta tras ella.
- - ¡Buenos días! - dijo ella a la figura que estaba dándole laespalda.
- - ¡Candy! No puedo creer que hayas llegado tan temprano - dijo William Albert Andrey volviéndose hacia ella mientras miraba el reloj en su muñeca.
- - Basta ya de reírte de mí - ella se acercó a él sonriente - no te he visto hace más de un mes y, ¿es así como me recibes?
- - Ven acá - dijo él sonriendo.

Ella lo abrazó y él la estrechó con fuerzaentre sus brazos.

- - Si supieras cuanto te he extrañado, Albert - dijo Candy.
- - La Tía Elroy te está volviendo loca, ¿cierto? - dijo él soltándola mientras sonreía.
- - Bastante. No hay día en que no haya un “compromiso social” al que deba asistir -dijo sentándose en un taburete - No sé porque te hice caso y dejé de trabajar en la clínica.
- -...