Tarea
El juicio de la Historia
Cuando el gobierno de Estados Unidos pretende mantener su expansión por América Latina bajo la cobertura de tratados de libre comercio, “alquitas” y demásfórmulas solapadas o feroces, es bueno rememorar la valía de Benito Juárez como baluarte latinoamericano.
Aquel indio oaxaqueño defendió la soberanía, la independencia y la integridad territorial deMéxico de un modo que impidió, frente a los imperios de entonces, la restauración colonial europea sobre América Latina.
Pero también, mientras Inglaterra, España y Francia pugnaban por“monarquizar” a la región al sur del Río Grande, Estados Unidos se extendía como potencia emergente.
Para entonces, EE.UU. ya había culminado la anexión de Texas y la invasión de 1847 contra el país azteca, hechoque concluyó con la apropiación de más de un millón 350 mil kilómetros cuadrados de Nuevo México, de Alta California y de otros territorios equivalentes a más de la mitad del país.
Pero,paradójicamente, fue este el hecho que desencadenó a la larga, desde 1861 a 1865, las contradicciones fratricidas entre el Sur esclavista y el Norte industrial en la Unión Americana.
Oportunistamente entoncesNapoleón III, emperador francés, se lanzó a la anexión de México con el pretexto de detener el poderío anglosajón y el protestantismo en el continente americano, como hace EE. UU. ahora al pretextar quedefiende la libertad y los derechos humanos.
La justificación fue que el gobierno de Juárez, quien había accedido a la presidencia en 1858, decretó el 17 de julio de 1861 la suspensión, por dos años,del pago de los intereses de la deuda externa mexicana. Sus principales acreedores eran Inglaterra, España y Francia.
Las tres potencias se comprometieron a la ocupación inmediata de las costasmexicanas.
Francia, que pronto se quedó sola en el conflicto, consiguió un candidato a emperador en el archiduque Maximiliano de Austria, finalmente vencido.
Tal es la historia sucinta que...
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