Tarea
Lola.- (Entra nerviosa). ¡Jesús, señora! No me era posible dejar...
Doña Carmen.- "De lasmanos lo que estaba haciendo". Le ruego que no me explique usted más. Sólo deseo que un día me diga que la lengua, esa lengua de usted, tan dispuesta a explicarlo todo, es la que no puede interrumpir sumisión. ¿Se levantó el señorito Armando?.
Lola.- Creo que ahora lo está haciendo. Debe usted pensar que llegó anoche de viaje y es natural que esté cansado. ¡Qué simpático es! ¿Verdad, doñaCarmen?.
Doña Carmen.- Muy simpático y un tanto sinvergüenza. ¡Dígalo usted! ¡Si ya me lo ha dicho en laguna ocasión!.
Lola.- Señora, hay cosas que no deben repetirse demasiado. Además, el señoritoArmando ha formalizado mucho. Ya terminó su carrera y comienza a ponerse serio.
Doña Carmen.- ¡Ya era hora! En la Universidad le llamaban el Decano. Por una sola vez obtuvo "notable" en unaasignatura. Esto le disgustó mucho porque estaba habituado a lograr, después de dos o tres "suspensos" un mísero "aprobado", y decía, con esa gracia tan suya, que ese "notable" rompía una tradición muy honrosa.¡Qué concepto más raro tiene mi sobrino del honor!.
Lola.- Pero ya terminó y debemos alegrarnos.
Doña Carmen.- ¡En mala hora llega mi sobrino! No está nuestra casa para alegrías. Lo sabe ustedmuy bien. ese nieto me tiene disgustadísima. Julia y Carlos no duermen desde hace varios días.
Lola.- Yo he pretendido quedarme a velar a mi querido Carlitos, pero los señores no me lo hanpermitido. No se separan, durante la noche, ni un solo momento de la cama del niño. ¡Tan hermoso como estaba con sus tres años! Nadia quería creer que tuviese esta edad. Todos le suponían de cuatro o cinco...
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