tarea

Introducción

La tesis de este libro se propone aplicar la Semiótica de Charles Sanders Peirce a los signos artístico, arquitectónico y utilitario, comprendiendo, en esta última denominación, el sistema de objetos que constituye el campo temático y de indagaciones del Diseño Industrial, y se reviste, al tiempo, de otra denominación que la supera y justifica: la comprobación de la existencia deun pensamiento icónico, autónomo, independiente e irreductible al pensamiento lógico-discursivo, verbal, incluso en aquellas instancias extremas en las que el signo icónico intenta instaurarse como determinado lógicamente.
Partiendo de la tentativa de lectura de una determinada silla, precisamente propuesta como signo utilitario lógicamente determinado, o sea, de la tentativa de determinar susignificado en amplia extensión de pensamiento, y valiéndonos de las virtudes como guía de cierto hilo engelsiano, emprendemos un camino inicialmente ascensional, acompañando a la estética dialéctica de Hegel, para negarla luego, en ruta laberíntica, tanto contraponiéndole elementos negadores avant la lettre, con Vico como ejemplo, como algunos de sus seguidores/negadores, como el propio Peirce.
Encuanto al método, sigo el que propuse en mi primera tesis académica:1 el método Vinci-Valéry, al que rebauticé como "heurístico-semiótico", el método del descubrimiento que deriva del propio objeto analizado. Desde otro punto de vista, no hago más que adoptar el propuesto por Emest Cassirer en su Filosofía de las formas simbólicas, donde se declara apremiado a perfilar su propio caminometodológico al comprobar que "los particu¬lares parecían lanzar, cada vez más, su luz unos sobre otros, ajustándose entre sí, como de común acuerdo, en un cuadro general".2 Desde un tercer punto de vista, estando el camino por el que nos hemos decidido a orientar este trabajo visiblemente señalado por la semiótica peirciana, en la que está implícita una crítica a toda la Semiología centrada en lo lingüísticoy en la lingüística -explicitada, por otra parte, en varios artículos y libros míos publicados anteriormente-, no dejo de tener en cuenta la objeción que Peirce formuló al llamado "método histórico" de los hegelianos, quienes, pretendiendo abordar problemas complejos en toda su complejidad, han obtenido escasos resultados en el terreno de la Ciencia, que ha ido logrando éxitos sucesivosprecisamente a través del método analítico, por lo que los problemas concretos son substituidos por problemas más sencillos, de soluciones posibles, que, a su vez, van lanzando luz sobre áreas más extensas y niveles más profundos.3

Esto no invalida, pese a todo, la comprobación de la profunda influencia ejercida por Hegel sobre el pensamiento occidental hasta mediados del siglo actual, incluyéndose, enel ámbito de irradiación de ese influjo, nombres de grandes filósofos y artistas como Marx, Mallarmé, Mondrian y el propio Peirce.

El hecho de que la hayan negado, dialécticamente hablando, no invalida, antes bien confirma, la intensidad de la influencia del creador de la dialéctica moderna, o de la dialéctica de la Primera Revolución Industrial, sobre las ideas de este último siglo y medio.El hecho de que, como he afirmado, no destaco especial mente el aspecto lingüístico, no significa menospreciar lo verbal. Lo impone así la propia naturaleza metalingüística (metasígnica) de este trabajo de análisis del signo icónico, teórico en su primera parte, práctico (lecturas) en la segunda. El paso de una a otra se halla en la lectura de una obra de Mondrian, al final de la primera parte,precedida de breves y diversas lecturas.

Contestar verbalmente la hegemonía de la palabra con relación a la icónico es parte del dialéctico proceso sígnico de esta obra; el impulso de la negación le viene de aquella poética contrapalabra que se llama "paranomasia" o chiste -la palabra que, iconizándose en el eje de la similaridad, subvierte el discurso lógico en el eje de la contigüidad, de...