Tarea
¿En dónde estaba yo? ¿Qué eraentonces? ¿A dónde iba? Y un suspiro de angustia respondía a cada una de estas preguntas que me hacía, soltando las riendas a mi caballo, que continuaba su camino lentamente.
Me hallaba perdidoentonces en medio de aquel océano de montañas solitarias y salvajes; era yo un proscrito, una víctima de las pasiones políticas, e iba tal vez en pos de la muerte que los partidarios en la guerra civil tanfácilmente decretan contra sus enemigos.
Ese día cruzaba un sendero estrecho y escabroso, flanqueado por enormes abismos y por bosques colosales, cuya sombra interceptaba ya la débil luzcrepuscular. Se me había dicho que terminaría mi jornada en un pueblecillo de montañeses hospitalarios y pobres que vivían del producto de la agricultura, y que disfrutaban de un bienestar relativo merced a sualejamiento de los grandes centros populosos, y a la bondad de sus costumbres patriarcales.
Ya me figuraba hallarme cerca del lugar tan deseado, después de un día de marcha fatigosa; el sendero ibahaciéndose más practicable, parecía descender suavemente al fondo de una de las gargantas de la sierra, que presentaba el aspecto de un valle risueño, a juzgar por los sitios que comenzaba a distinguir:por los riachuelos que atravesaba; por las cabañas de pastores y de vaqueros que se levantaban a cada paso al costado del camino; y, el fin, por ese aspecto singular que todo viajero sabe apreciaraun a través de las sombras de la noche.
Algo me anunciaba que pronto estaría dulcemente abrigado bajo el techo de una choza hospitalaria, calentando mis miembros, ateridos por el aire de la montaña,...
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