tareas de irais

 El señor Slim y los robots

Había una vez un señor llamado Slim era un científico, considerado totalmente loco. La mayor parte del día se encerraba en su laboratorio, haciendo experimentos, que usualmente, eran copiados de otros científicos. Pero Slim, como estaba loco, decía que él mismo los creó, pero que los otros científicos le copiaron.
Un día, Slim seencerró en su laboratorio, y no salió de ahí por el resto del día. Ni siquiera salió para ir al baño, o para comer. Su amigo Josh y los otros científicos, tuvieron miedo a de que se hubiera tragado un veneno o hubiese muerto de un ataque cardiaco. Pasaron como treinta horas de que estaba encerrado ahí. Intentaron abrir la puerta, pero no podían. No había ninguna ventana, por lo que pensaron que, deseguro, se habría asfixiado.
Cuando estaban por llamar a la policía, la puerta del laboratorio se abrió. Apareció el señor Slim, cansado, pero feliz.
Detrás de él iban tres robots. No tenían la clásica forma de un robot. En cambio, parecían tres niños, porque tenían hasta la piel de un humano. Slim explicó a sus colegas que esos robots eran androides. Parecían humanos, porque hasta teníaninteligencia propia. Pero fueron diseñados exclusivamente para recibir órdenes.
- ¿De dónde sacaste los instrumentos para crearlos?- dijo Josh.
- Es un secreto. No quiero que nadie más copie mis ideas, al menos, no por esta vez- dijo Slim, mientras salía de ahí, muy orgulloso por sus robots.
Los científicos se enojaron y Josh también. Sabían que no merecían ser tratados así. En primer lugar,estaban preocupados por lo que podría pasarle a Skimt. En segundo lugar, ya había gente que creó robots casi humanos, como los androides. En tercer lugar, los androides no son de fiar. Al adoptar una inteligencia propia, podían razonar y armar una rebelión en contra de los humanos. Debían hacer algo para asegurarse de que eso mismo no pasara con los robots del señor Slim.
Slim no parecíapreocuparle nada. Más bien, se sentía feliz por ocurrirle una idea tan “original”, como hacer androides para que le hagan sus quehaceres. Ellos eran los que le barrían los pisos del laboratorio, limpiaban sus utensilios, sacudían el polvo... en fin, le facilitaban al científico todo eso que él ya no podía hacer, a causa de la edad que tenía.
Los robots, en ningún momento, dijeron ninguna palabra. Slim sedio cuenta que se le olvido ese detalle. Así que, un día, se volvió a encerrar en el laboratorio. Tuvo que desactivar a los robots, para poder abrirles las gargantas, y así, ponerles un dispositivo que les permitiera hablar.
Cuando terminó, los robots aprendieron a hablar. Imitaban todas las palabras que los demás decían, para que después, ellos mismos formaran sus propias oraciones. Slim lespuso nombre a cada uno, para que se los aprendieran. Así que uno se llamó Juan, el otro José y el otro Julio. Eran nombres fáciles, para que los robots se los aprendieran rápido, y sin dificultades.
Pasó el tiempo, y nadie más oyó hablar del señor Slim. Los científicos se volvieron a preocupar. Ya se sabe que Slim era un hombre insoportable y que estaba loco de remate, pero era un gran amigo, yél les incentivaba a que nunca se cansaran de descubrir algo nuevo, para hacer avanzar la ciencia.
Uno de los científicos, el más joven del grupo, Charlie, encontró el laboratorio de Slim abierto. Charlie se atrevió a entrar, y vio lo más horrible de toda su vida: el señor Slim estaba tendido en el suelo, con el estómago y las tripas fuera de su cuerpo. Al lado de él, estaban los tres robots, conun cuchillo cada uno.
Charlie corrió con la velocidad del viento. Tuvo suerte de que esos robots no lo vieran.
Le contó lo que pasó a sus colegas, y ellos, al principio, no le creyeron. Pero despues, se fueron al laboratorio de Slim, para ver lo que sucedía.
También lo encontraron, pero esta vez, ya no tenía ni las tripas ni el estómago. Solo un gran agujero en el cuerpo. Los tres robots...